La hazaña del héroe-niño Abdón Calderón, pasaje insigne de la Batalla del Pichincha del 24 de mayo de 1822, fue uno de esos relatos que calaban hondo en la mente infantil. Con los años, los estudiantes ecuatorianos aprendían que esa historia no era real, o al menos no tal como estaba contada.

Es difícil imaginar a este joven soldado que a pesar de las heridas en un brazo, luego en otro, enseguida en una pierna y el cuarto tiro en otra pierna, tomar finalmente la bandera celeste y blanco de Guayaquil independiente entre sus dientes para que siguiera flameando en medio del fragor de la batalla.

Quién era el joven héroe

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Abdón Calderón y Garaycoa nació en Cuenca el 31 de julio de 1804, hijo del coronel cubano Francisco García Calderón y de la guayaquileña Manuela Garaycoa y Llaguno.

Había cumplido los 16 años cuando estalló en Guayaquil la Revolución del 9 de Octubre de 1820. Ya huérfano, porque su padre había sido fusilado en diciembre de 1812 por orden del realista Melchor de Aymerich, se enroló en el batallón Voluntarios de la Patria.

Como subteniente a los 17 años, Calderón ya era un veterano de guerra y participó en los combates de Camino Real, Primer Huachi, Tanizagua, Yaguachi o Cone. Convertido en teniente, junto al Gral. Antonio José de Sucre combatió valerosamente en la segunda derrota de Huachi. El 21 de abril enfrentó a los españoles en la Batalla de Tapi (Riobamba).

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El viernes 24 de mayo de 1822, en las faldas del volcán donde se desarrolló la Batalla del Pichincha, Abdón Calderón recibió cuatro heridas mortales, pero él se negó a abandonar el combate.

En el parte militar tras la batalla, el general Antonio José de Sucre elogió su heroísmo y valor.

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El Libertador de América, Simón Bolívar, al escuchar sobre su valentía en batalla, lo ascendió de manera póstuma a capitán. Por ello, en los eventos militares se cumple el decreto de Bolívar:

"Que a la Primera Compañía del Batallón Yaguachi no se le ponga otro capitán.

"Que al pasar revista en dicha Compañía, Abdón Calderón sea considerado vivo, y que al ser llamado por su nombre, toda la tropa responda: “Murió gloriosamente en Pichincha, pero vive en nuestros corazones”.

Cómo nació la leyenda del héroe-niño

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Ochenta años después de la Batalla del Pichincha, se publicó el libro "Leyendas del tiempo heroico", un éxito editorial que cimentó la figura patriótica de Abdón Calderón. Su autor, Manuel J. Calle, lo escribió principalmente para fomentar el civismo en los niños, por lo que exageró detalles de la muerte del héroe-niño.

"Silba una bala y le rompe el brazo derecho. Silba otra bala y le rompe el brazo izquierdo. ¡Viva la República!, grita el heroico adolescente y siempre en pie, corre con la espada en los dientes", dice el relato de Manuel J. Calle.

De igual manera, el escritor divulgó erróneamente el 24 de mayo de 1822 (el mismo día de la Batalla del Pichincha) como fecha de la muerte de Calderón.

El relato novelesco de Manuel J. Calle fue tomado como un hecho real y así se enseñó en las escuelas del Ecuador durante todo el siglo XX.

El héroe Abdón Calderón, herido mortalmente en combate el 24 de mayo de 1822 no murió durante la batalla, en realidad agonizó durante 14 días.

Los investigadores Víctor Hugo Arellano Paredes y Mariano Sánchez Bravo hallaron el acta de defunción del héroe, en la que se especifica que Calderón falleció en casa del Dr. José Félix Valdivieso el 7 de junio de 1822 y que al día siguiente su cadáver fue sepultado en la iglesia del Convento Máximo de San Nicolás de Quito.

La discusión histórica sobre la real causa de su muerte (gangrena por las heridas, disentería, etc.) continúa, pero en la mente de los ecuatorianos el nombre de Calderón quedará siempre ligado al amor por la Patria. (I)