El segundo año del Gobierno en materia económica ha estado marcado por el acercamiento a los organismos multilaterales, con los cuales logró un acuerdo y la firma de la carta de intención con el Fondo Monetario Internacional (FMI) y demás entes como el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), Banco Mundial, el Banco de Desarrollo de América Latina, CAF, entre otros.

Fue el ministro de Economía, Richard Martínez, quien en un foro de inversión en octubre de 2018 ya advertía de la salida del Ecuador del modelo del socialismo del siglo XXI y llamaba a los empresarios a apoyar esta nueva etapa olvidando los pasados años de “desaciertos”.

En el último año, se aprobó la Ley de Fomento Productivo, se ha presentado un plan de prosperidad, avalado por el Fondo Monetario, y se trabaja en una serie de reformas tributarias, monetarias y laborales.

Publicidad

Pero los indicadores no han mejorado: el empleo pleno pasó de 38,5% en marzo del 2017 a 41,3% en marzo del 2018 y a 37,9% en marzo de 2019; el de deuda subió de 41,3% del PIB a 45,3% en igual periodo. Pero el riesgo país sí presenta un mejor panorama, cayó con relación a mayo de 2017.

Así, de acuerdo con Alberto Acosta Burneo, editor de Análisis Semanal, el periodo de dos años que cumple el Gobierno se ha caracterizado por cambios en materia económica mucho más lentos que los políticos. En el primer año se vio cómo el Gobierno insistió en la receta del socialismo del siglo XXI, en el cual se apostaba al endeudamiento público para poder seguir gastando al mismo ritmo, pese a que dicho modelo era insostenible.

Sin embargo, para Acosta, el punto de quiebre que llevó al régimen a cambiar la estrategia fue el último endeudamiento por $1.000 millones en mercados internacionales. La tasa récord de 10,75% era la señal de que los mercados no estaban dispuestos a seguir prestando al país. Posiblemente este hito hizo que definitivamente se avanzara al acuerdo con el FMI y otros organismos multilaterales, con los cuales se aseguró un financiamiento de $ 10.200 millones en tres años, pero a plazos y tasas más convenientes.

Publicidad

También con Martínez se empezaron a dar pasos al sinceramiento de la economía, como la reducción de subsidios de combustibles, y ajustar el déficit fiscal.

Acosta considera, sin duda, un logro haberse reconciliado con los organismos multilaterales, pues se ha podido acceder a financiamiento con menores costos, el riesgo país ha caído y la imagen internacional ha mejorado. Pese a que el Gobierno ha sido valiente al tomar ciertas medidas, parece no entender la urgencia de los cambios, comenta. El riesgo de no hacerlo a marcha acelerada es que la economía podría continuar estancada y no se concrete la reactivación económica.

Publicidad

Para Andrés Mideros, exsecretario de la Senplades de este Gobierno, los dos años económicos del régimen han estado presionados por enfrentamientos políticos que también le han generado al Gobierno una inestabilidad política, que se puede notar en el paso de tres vicepresidentes de la República y tres presidentes de la Asamblea.

Mideros destaca que en el primer año de gobierno se buscó, pese a las carencias económicas, impulsar el bienestar de la población. Pero, según su análisis, en el segundo año se ha transitado a un modelo que prioriza la baja del déficit por encima del bienestar de la población o de la generación de empleo.

En esta última semana, el Consejo de Trabajo y Salarios acordó tres reformas laborales sobre variantes en la jornada, recargos y contratos. 

Misión

Publicidad

El equipo técnico del FMI está en Quito y terminará la primera revisión trimestral del acuerdo el 24 de mayo. Pocos días después se conocerá si se ejecutará un segundo desembolso como parte de los $ 4.200 millones del FMI que llegarían hasta el 2021. El país ha recibido $ 652 millones, $ 230 millones fueron a temas sociales. El desembolso de junio podría llegar a $ 251 millones. Los siguientes, de igual valor, llegarían en septiembre y diciembre. (I)