Aprovechando la parada del tren en la estación en Mocha, cantón de Tungurahua, para que suban y bajen pasajeros y también la carga, algunas personas aprovechan para vender comidas tradicionales de la zona, especialmente papas con cuero, papas con cuy, choclos y habas tiernas con queso.

Con esto, según los comerciantes, han regresado a esta actividad tradicional que tenían hace más de 60 años y que realizaban sus ancestros.

Olinda Armendáriz, vicepresidenta de los comerciantes del mercado Jesús del Gran Poder, cuenta que en ese entonces también existían carpas donde se ofrecían estos platillos típicos de la serranía ecuatoriana.

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Armendáriz asegura que continúa con la tradición de su abuela, quien vendía papas con cuy al subirse al tren y ofrecer a los pasajeros de ese entonces.

Agrega que ahora, de igual forma, las descendientes de las comerciantes de hace más de medio siglo siguen en la estación con la oferta de las tradiciones gastronómicas locales.

Además de las papas con cuero, papas con cuy, choclos y habas con queso, ofrecen caldo de gallina, seco de pollo, yahuarlocro y fritada. Hay platos de $ 2, $ 2,50, $ 3 y $ 8 y todas las comerciantes se rigen por un sola lista de precios.

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Sandra Paredes, presidenta de los comerciantes del mercado, dice que en este local llevan ya diez años. Antes vendían en casetas.

Según Paredes, los platos típicos de aquí han tenido trascendencia, por eso han abierto otros paraderos como María Diocelina (en Atocha), Mochanitos exprés (con una furgoneta que recorre Ambato) y María Elena, en Mocha.

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“Sabían ofrecer estos platos a los pasajeros del tren porque antes no había habido ni siquiera la Panamericana. Luego cuando abren la carretera y al pasar de los años desaparece el tren, pero (pese a todo) no se ha muerto esta tradición de Mocha. Los clientes han llegado a consumir igual de todas partes del país”, cuenta Paredes.

En el lugar atienden desde las 07:00 hasta las 19:00, todos los días de la semana, afirma.

“Soy transportista, cuando voy de viaje y paso por Mocha siempre es una parada obligada para saborear las papas con cuero, que es una tradición de nuestra tierra porque antes uno venía con nuestros padres y abuelos. Y ahora lo hacemos con nuestras familias”, manifiesta Marco Arévalo.

A Mocha llega también Shirley Castillo y su familia. Ella aprendió a consumir las comidas típicas con sus antepasados y ahora, dice, repite la tradición con su descendencia. (F)

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