“Eran para todos (balas durante ataque), para toda la familia, porque si no huíamos o mi esposo no cerraba la puerta acababan con todos”, dijo Rosa Vítores, quien sobrevivió al ataque que sufrieron la tarde del domingo pasado por parte de cuatro encapuchados.

Los victimarios, según ella, dispararon 22 veces y asesinaron a su hermano Neil, su sobrino Jordan, de un año, y un vecino, Teófilo Mera Castro.

Además quedaron heridos otro de los hermanos, que está en estado crítico, y una cuñada con dos meses de embarazo, que se recupera.

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Vítores recordó que esa tarde sus hermanos libaban en los exteriores de su vivienda, ubicada en el barrio El Mirador, en la parroquia Leonidas Proaño de Montecristi. Ella llegó a pensar que el ruido de los disparos era por los fuegos artificiales que sus hermanos solían prender cuando bebían.

Reconoció que antes de que llegaran los sicarios su esposo ingresó con uno de sus hijos hasta su cuarto, y luego llegó la lluvia de balas.

“Me asomo por la ventana y veo que una persona trata de ingresar a mi casa, pero viene mi esposo y cierra la puerta”, contó Vítores.

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La denuncia fue presentada por otro familiar, que aseguró que antes del ataque ya habían sido amenazados y ahora teme por su vida y la de sus demás familiares.

El fiscal Paco Delgado indicó que el ataque tendría relación con otro asesinato ocurrido en Manta, en enero del año pasado.

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Confirmó que fueron 22 las evidencias balísticas halladas en el lugar del asesinato que fueron ejecutados por personas que se movilizaban en un automotor. Además explicó que un auto, en el que presuntamente se movilizaban los antisociales, fue incinerado la misma tarde del domingo en la ciudadela Ceibo Renacer de Manta, (localidad vecina de la parroquia montecristense).

Los fallecidos serán sepultados este martes al mediodía. (I)