Actualizado a las 12:35

Aproximadamente a las 10:30 de este jueves terminó la audiencia de apelación solicitada por aspirantes a vigilantes aduaneros, quienes reclaman su derecho a graduarse y a ejercer el trabajo para el que se prepararon.

El tribunal se tomará ocho días para decidir el veredicto. La notificación les llegará a las partes, a través de los abogados.

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En septiembre pasado se desarrolló una acción de protección, donde los jueces del tribunal dieron la razón a la Servicio Nacional de Aduanas del Ecuador (Senae), por lo que los aspirantes realizaron una apelación.

Hoy, la diligencia se desarrolló en el edificio del Consejo de la Judicatura de la ciudad de Ibarra. Por ello, los exteriores del edificio se encuentran con resguardo policial, ante la aglomeración de los aspirantes y sus familiares, quienes con carteles en mano, pitos y cornetas gritan consignas, con peticiones de justicia.

Tras la audiencia, la Senae salió del Consejo de Nacional de la Judicatura sin pronunciarse al respecto. Los manifestantes, por su parte realizaron un plantón de media hora en el carril sur de la vía Panameriacana, que une a Imbabura con Carchi.

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Llegaron de diferentes provincias de Ecuador. Son 273 jóvenes aspirantes a vigilantes aduaneros, que en mayo de 2018 culminaron el curso de preparación en la ciudad de Ibarra, provincia de Imbabura, y hasta el momento no se han graduado y no forman parte de las filas aduaneras.

Ellos exigen este jueves su derecho al trabajo. Miguel Herrera llegó desde Arenillas, provincia de El Oro, junto a su hijo de 21 años para exigir justicia.

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"Los uniformes, las botas y más cosas que compramos ya se están pudriendo y nuestros hijos no los usan como deberían. Cuando terminaron el curso les dieron 15 días franco y que ya los llamaban para la graduación, y hasta el momento no han cumplido", dijo el padre.

Como Herrera, los centenares de padres de familia cuentan que hasta han tenido que realizar hipotecas y créditos bancarios para acceder al curso y darles una formación con trabajo a sus hijos.

Por su parte, uno de los aspirantes, a quien llamaremos Daniel (nombre protegido), informó que estudiaba Ingeniería civil en la universidad de Santa Elena y se retiró tras cumplir el tercer semestre para obtener un trabajo, según él más pronto.

"Los sueños se acabaron porque no soy ingeniero y ahora tampoco soy aduanero", lamentó el joven.

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Los manifestantes solicitan que los incorporen inmediatamente a las filas aduaneras o también manifiestan que de ser necesario solicitarán una indemnización por parte de la Senae.(I)