El nuevo gobierno de Brasil ordenó este viernes el despliegue de la policía militar a un violento estado del noreste del país después de una serie de ataques a bancos, edificios públicos y vehículos durante los últimos dos días.

Camilo Santana, gobernador del estado de Ceará, dijo que 45 personas han sido arrestadas en conexión con las docenas de ataques, que han afectado a 15 ciudades de la entidad, incluyendo la capital Fortaleza. Los atentados dejaron vehículos y autobuses calcinados en las calles y entradas de edificios sumamente dañadas.

Aunque las autoridades señalaron que no se han confirmado los motivos de los ataques, funcionarios creen que son en represalia por el reciente anuncio de reglas más estrictas para los reclusos y las prisiones del estado. Las pandillas carcelarias de Brasil son poderosas y su alcance va más allá de los muros de la prisión.

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El ministerio de Justicia y Seguridad Pública, que ahora encabeza el popular juez anticorrupción Sergio Moro, ordenó la presencia de la policía militar en Ceará a solicitud de Santana, citando la naturaleza “urgente” de la amenaza. Las autoridades no dieron más detalles sobre el despliegue.

El presidente Jair Bolsonaro, un político de extrema derecha y excapitán del ejército que fue electo por sus promesas de combate al crimen y de darles más libertades a las fuerzas de seguridad, elogió la medida.

“La gente de Ceará necesita ayuda en este momento”, dijo Bolsonaro, quien tomó posesión el 1 de enero pasado. (I)