Empresas textiles, bancarias, de construcción y de dulces que tienen operaciones en Perú consideran a ese mercado como una opción para crecer.

Así, el Banco Pichincha C.A. invierte en el Perú en 1997 al comprar parte del Banco Financiero. La decisión de inversión antecedió a la firma del acuerdo de paz, pues Grupo Financiero Pichincha estaba convencido del potencial económico y lazos culturales comunes entre las naciones.

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Grupo Pichincha dice que los resultados fueron excelentes: Banco Financiero expandió operaciones con la adquisición del Banco NBK. En los últimos 14 años, el Banco ha cuadruplicado su tamaño, siendo hoy el sexto banco del Perú con $ 2.700 millones en activos y con más de 450.000 clientes activos.  En agosto de este año Financiero cambió su nombre a Banco Pichincha, que para ellos fue un hito.

Otro ejemplo exitoso es el de Empresas Pinto S.A., que llegó a Perú en el 2007. Carla Pinto, su apoderada especial, recuerda que ellos decidieron abrir la sucursal debido a que la cadena de suministros del área textil es mucho más grande y en ese país ya existían acuerdos con Europa y EE.UU.

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En esa jurisdicción, además, existe al menos medio millón de personas calificadas en confección. Comenta que el establecimiento de la empresa fue muy fácil, pero que ya en el día a día les ha tocado el reto de ser un jugador local eficiente.

Por ejemplo, el salario es más competitivo, pero los trabajadores tienen más vacaciones y una jornada laboral de 48 horas.

Pinto sostiene que en los once años que han mantenido su fábrica de camisetas y medias en Perú no se ha sentido ningún tipo de recelo por el pasado conflicto limítrofe. (I)