Los 15 jueces de la Corte Internacional de Justicia de La Haya (CIJ) se pronunciarán hoy sobre la demanda presentada por La Paz en 2013, en la que solicita al tribunal que declare que “Chile tiene la obligación de negociar con Bolivia una salida soberana al océano Pacífico”.
COMUNICADO DE PRENSA: la #CIJ dictará sentencia sobre el fondo en el caso relativo a la Obligación de negociar un acceso al océano Pacífico (#Bolivia c. #Chile) el lunes 1 de octubre de 2018 a las 3 p.m. (La Haya). Ver en directo @UNWebTV https://t.co/wPsoBU6qz9 pic.twitter.com/iRZK0Ljkww
— CIJ_ICJ (@CIJ_ICJ) September 13, 2018
COMUNICADO DE PRENSA: la #CIJ dictará sentencia sobre el fondo en el caso relativo a la Obligación de negociar un acceso al océano Pacífico (#Bolivia c. #Chile) el lunes 1 de octubre de 2018 a las 3 p.m. (La Haya). Ver en directo @UNWebTV https://t.co/wPsoBU6qz9 pic.twitter.com/iRZK0Ljkww
Los bolivianos están a la expectativa de la decisión de la CIJ, cuyo fallo marcará un hito histórico, como calificó la prensa boliviana.
El presidente boliviano, Evo Morales, llegó a La Haya para asistir a la lectura del fallo. Mientras del lado chileno, estará la comisión de delegados.
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Hermanas y hermanos de #Bolivia, comparto con ustedes este mensaje que grabé minutos antes de aterrizar en #LaHaya, a donde llegamos para recibir el fallo de la #CIJ por nuestra demanda marítima. pic.twitter.com/f7mm6U0yIR
Chile y Bolivia protagonizan la ruptura más larga de relaciones diplomáticas en América Latina: cuatro décadas de tensiones entre dos vecinos que no han logrado superar las consecuencias de la guerra que los enfrentó a fines del siglo XIX.
La histórica confrontación, desatada en 1879 y en la que Bolivia perdió su acceso al mar, dejó profundas huellas. En cuarenta años ningún esfuerzo por recomponer los vínculos prosperó. De 1975 bajo los gobiernos de facto de Hugo Banzer (Bolivia) y Augusto Pinochet (Chile) data la más cercana posibilidad de acuerdo, el llamado ‘Abrazo de Charaña’, en el que Chile cedía a Bolivia un corredor soberano al norte de Arica. La Paz lo rechazó.
Años más tarde, durante la primera administración de Michelle Bachelet se estableció una ‘Agenda de 13 puntos’, que incluía el tema del mar, pero terminó sin resultados.
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Un punto de inflexión se dio en 2013, con un mayor deterioro de las relaciones tras la decisión de Morales de demandar a Chile en la corte de La Haya, para obligarle a negociar la salida al mar.
La sentencia que dicte la Corte es inapelable.
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Bolivia jamás abandonará la causa... nuestro reencuentro con el mar no solo es posible, sino, inevitable”. Evo Morales, presidente de Bolivia
La emergencia de los nacionalismos, las aspiraciones políticas de Morales y el cada vez menor consenso en Chile en torno a hacerle concesiones a Bolivia se mencionan como parte de los factores que les han impedido a los dos vecinos restablecer las relaciones diplomáticas interrumpidas desde marzo de 1978.
Actualmente, Bolivia sale al Pacífico por los puertos chilenos de Arica y Antofagasta.
El fallo va a ser “leído políticamente en los dos lados. Lo que está en juego no es tanto la soberanía ni la salida al mar, sino la estrategia política de Morales con Chile”, dice la analista Lucía Dammert, quien asegura que “pase lo que pase” este verá en ello una victoria.
Morales escuchará el veredicto que puede influir en sus aspiraciones a postularse a un cuarto mandato, pese a la prohibición de la Constitución.
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El presidente chileno, Sebastián Piñera, no descarta una “solución intermedia” en la que el tribunal “invite a las partes a negociar de buena fe, y eso puede ser sin un resultado predeterminado o con un resultado predeterminado”.
Chile espera con tranquilidad el fallo de La Haya..., porque sabemos que la historia, el derecho internacional y los tratados que hemos firmado sustentan, validan y respaldan la posición chilena". Sebastián Piñera, presidente de Chile
Piñera recordó a su par boliviano Evo Morales la vigencia del tratado que ambos países firmaron en 1904. El mandatario chileno resaltó que gracias a ese tratado Bolivia tiene beneficios como el acceso eterno al Océano Pacífico a través de los puertos chilenos, puerta de salida de las exportaciones bolivianas. (I)