El taita mayor Alejandro Criollo y Fidel Aguinda, vicepresidente de la Noaike, organización base de la nacionalidad Kofán del Ecuador, asistieron el viernes 19 al Instituto Nacional de Patrimonio Cultural (INPC), en el barrio Las Peñas, Guayaquil.

Ataviados con sus trajes y abalorios tradicionales llegaron de Dureno, provincia de Sucumbíos, una de las comunidades donde habitan los aproximadamente 2.000 kofanes que quedan en la región.

El objetivo de su visita era “compartir el conocimiento y la sabiduría espiritual de la nacionalidad kofán e informar a la sociedad ecuatoriana de que hay personas que quieren apropiarse de la cultura indígena, en este caso del yagé”, mencionó Fidel Aguinda.

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Los visitantes señalaron que hay quienes lo comercializan irrespetando orígenes y valor cultural y de incluso no prepararlo como se debería, convirtiéndose en un peligro para la salud y propagando una mala reputación sobre la bebida.

Fausto Valero, organizador del evento, presentó el conversatorio sobre el yagé como medicina ancestral amazónica. También se proyectó un documental.

Fidel Aguinda y algunos habitantes de la comunidad kofán contaron en el cortometraje los problemas que tuvieron con empresas petroleras como Texaco. Además, narraron la historia de su nación y el poder del yagé como remedio.

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Luego, los asistentes conversaron con los kofanes sobre el brebaje y sus propiedades. Varios expusieron al taita Alejandro Criollo molestias como dolores de cabeza, manchas en la piel o problemas emocionales.

El abuelo kofán respondió las inquietudes. Hace poco tiempo que practica el castellano y Fidel Aguinda es quien tradujo sus palabras en su lengua original, a´ingae.

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Al finalizar se informó sobre la ceremonia del yagé, al día siguiente en la sede de Fecaol o Movimiento Nacional Campesino, ubicado en el km 27 de la vía a Daule, en Puente Lucía.

En el día de la ceremonia, los asistentes se acomodaron en hamacas y colchones alrededor de una hoguera. Más tarde pasaron uno a uno para recibir el remedio del taita.

No obstante, las personas con circunstancias especiales debieron esperar porque necesitaban una “limpia” antes de tomar la medicina.

Durante el evento, el abuelo cantó y meneó una hoja de palma alrededor de los visitantes, como parte del ritual, mientras estos descansaban. (I)

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