La foto con un traje ajustado, a la derecha. La de una ‘selfie’ del rostro, a la izquierda. Esta sí. Este no. Desplazar la imagen de un perfil con el dedo hacia la derecha es como un ‘Me gusta’. Y a la izquierda, un descarte. Cuando coinciden dos usuarios se hace ‘match’ y ya pueden mensajearse. “Empieza la aventura”, indica la información de cómo funciona la aplicación móvil de búsqueda de parejas Tinder, que gana espacio en Ecuador tras ser creada en 2012 en Estados Unidos.

En un país con 11 millones de usuarios activos en alguna red social, Tinder, dirigida a heterosexuales, es la octava más usada. Y también la segunda aplicación, entre las que ofrecen suscripción, más descargada en los Iphone en abril pasado. Está en sexto lugar para los que usan Android, según la consultora Formación Gerencial.

No es la única usada con ese fin ni la única que implica riesgos si no se la conoce o se toman medidas de seguridad. Hay descripciones en ciertos perfiles de Facebook y Twitter, al igual que en la aplicación móvil Grindr y la web Manhunt.net, las dos últimas dirigidas a la comunidad homosexual, que dan cuenta del ligue virtual. “Solo solventes”. “Orgía o trío”. “Cuarto oscuro”. “Busco pareja, no sexo casual”. “Dispongo de departamento”. “Tengo $ 50, una mujer que se los gane fácil”, están entre las descripciones usadas.

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Facebook: Tiene filtros y ofrece la opción de denunciar ciertos contenidos que alguien los considere obscenos.

Unas incluyen fotos más crudas que otras, pero hay peligro, sobre todo porque ciertos perfiles tienen la identidad oculta, así como las reales intenciones de las personas contactadas.

La comunidad GLBTI (Gays, lesbianas, bisexuales, transexuales e intersexuales) tiene mayor historial en relacionarse vía web. Expertos coinciden que se debe al anonimato en la que aún se mueve una parte de este colectivo que no asume su preferencia sexual en público. “El logo de Grindr es una máscara”, recalca el sociólogo Sebastián Salazar.

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Pero también hay implicaciones positivas, dice la socióloga María Dolores Brito-Rhor. Investigadores determinaron que cuando se conocía a las parejas de la manera tradicional había una menor distancia física que en la actualidad. “Se puede encontrar incluso comunidades con ciertos gustos o tipo de sexualidad en las redes”. 

Grindr fue la pionera en tener geolocalización. Permite ver a los usuarios ordenados desde los más cercanos. Fue creada en EE.UU. en 2009. Si el usuario se conecta a las 18:00 desde distintos puntos del centro de Guayaquil, 40 perfiles –que es el límite cuando se usa sin pagar suscripción– aparecen en un radio de 800 metros, indica Julián, de 29 años. En horas laborables, aparecen los 40 en distancias de hasta dos kilómetros.

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Entre los perfiles hay quienes ofrecen servicios sexuales e invitaciones a orgías (cuarto oscuro). “En Grindr hay fotos recatadas, en Manhunt, el destape”, dice Julián.

Grindr: Es una aplicación móvil para ligue dirigida principalmente a gays. Acepta la colocación de fotos sin desnudos totales.

Andrés, en cambio, eliminó Grindr tras dos encuentros negativos. En uno, ocurrido hace dos años, la cita a ciegas se acordó en el cuarto de un hotel del centro. Al verse, el hombre le pidió $ 20 a cambio de sexo: “En el chat previo por Grindr no habíamos acordado el pago por eso me negué y quiso robarme a la fuerza la billetera, pero logré salir sin camisa. Amenacé al recepcionista con llamar a la Policía si no traían la prenda”.

El caso no fue denunciado. Ni siquiera cuando se le robaron el celular. “Ligué con otro en Grindr, los hoteles estaban llenos en el centro, por lo que nos metimos a un edificio desolado, pero allí sacó un cuchillo”.

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A estos peligros se exponen los adolescentes que crean perfiles con correos electrónicos en los que se hacen pasar por adultos. En abril del 2017 se denunció la desaparición de un joven de 16 años de Huaquillas, en El Oro. La Dinapen detectó que el menor había estado en Guayaquil en una de las fiestas sexuales que se promocionan en Twitter, Grindr y Facebook, cuyo ingreso no se controla con la verificación de la cédula. Uno de estos sitios fue cerrado y el menor retornó a su hogar.

“Los adolescentes quedan expuestos en estas redes. En Nueva York, EE.UU., hay toda una política en la que se enseña a los padres a acompañar a sus hijos con la particularidad de las redes sociales. Cuáles pueden visitar o no, sin moralismos de decir todo está prohibido porque eso alienta más a los chicos a entrar”, dice Salazar.

En Tinder se puede crear un perfil con el usuario de Facebook, escogiendo cuatro fotos y limitando las preferencias de género y edad. Entonces “arranca la cacería” en palabras de Alan G., un guayaquileño que la usa desde 2014. Cuenta que en un día puede ver hasta 400 perfiles de mujeres que tienen entre 18 y 55 años a distancias de hasta 80 km. “En dos días que tuve reposo médico, ligué con tres chicas un día, y dos más al siguiente, solo relaciones casuales, pero a veces las imágenes son muy retocadas y te pegas un chasco”.

Tinder: Aplicación móvil para conocer personas dirigida a los heterosexuales.

Según Marola Cárdenas, de 29 años, Tinder es útil en los viajes, sobre todo en el extranjero. “Las redes ayudan a dejar la timidez. Al ver los perfiles ya vas viendo si descartas o no”.

El ligue también se intenta en redes como Instagram. Marola publicó el año pasado en su perfil una foto con el hashtag de la discoteca de la vía a Samborondón donde se encontraba. A las dos horas recibió un mensaje: “Hola te vi en tal lado, me causó miedo”.

Sin embargo, sí ha entablado relaciones con tres de sus ‘match’ en Tinder, pero toma precauciones. Nunca va sola a las citas y siempre escoge un lugar público para el encuentro. De esa red, el chat pasa al WhatsApp y Facebook.

Hay quienes van más allá, como Carlos Aguilar, de 30 años. En los últimos dos años ha salido con tres chicas que conoció a través de Tinder. “Con dos solo fue amor de una noche” y con la tercera tuvo “una relación seria de ocho meses”.

Estas interacciones en ocasiones pueden volverse acoso, cuenta Lorena, de 24 años, quien recibe invitaciones de chicos en Facebook. No niega que cuando le interesa alguien revisa sus perfiles. “Para saber qué hace o a qué se dedica. Luego, si el gusto es mutuo, se entabla conversación. No utilizo las redes con fines sexuales”.

Juan Carlos, de 23 años, es uno de los que envía mensajes a las chicas que le gustan en Facebook sin tenerlas como amigas. También utiliza otras aplicaciones para diversificar sus oportunidades. La verdad siempre está en juego. “No todos te dicen la verdad, yo he omitido cosas para ser más interesante”, admite Juan.

Suben los casos de delitos con menores

Inocentes 10 era el nombre de la página de Facebook usada para reclutar a niñas con fines de pornografía infantil, según las investigaciones por la muerte de la lojana Emilia Benavides, de 9 años, cuyo cuerpo fue hallado incinerado en diciembre pasado.

Vea también: Detenido confesó autoría del asesinato de una menor hace cuatro años en Loja

Esta es una muestra del uso de redes sociales con fines delincuenciales. Parte de estos hechos se registran como delitos informáticos que involucran a menores de edad, los que van en aumento en el país, según la Fiscalía.

El número de contactos con finalidad sexual con menores de edad por medios electrónicos pasó de 81, en 2015, a 140 durante el 2017. Y de enero a marzo de este año ya se registran 45 casos. Y la oferta de servicios sexuales con menores de edad por medios electrónicos pasó de 5 casos, en 2015, a 12, en el 2017. En este año van 5.

“Para la corrupción de niños por medios informáticos se crean perfiles falsos. Hay 50.000 de ellos con el nombre de Maluma o de Justin Bieber en Facebook, entonces las chicas entran a esos sitios con la foto de ellos, pero resulta que detrás está un pedófilo”, dice Patricia Morejón, fiscal provincial del Guayas. Es la antesala de delitos más graves como pornografía y corrupción de menores.

Sin embargo, el tema pasa por un mayor control de lo que hacen los niños en internet. “Se debe entender que en las redes lo preciado son los datos personales. Lo valioso es la ubicación o hasta el número de teléfono que algunos lo publican”.

Los cuidados van desde no subir la información que se quiere resguardar hasta revisar cada solicitud entrando al perfil del que invita para ver, por ejemplo, cuántos amigos en común hay, recomienda Morejón: “Es preferible depurar la lista de contactos a tener cien mil seguidores en los cuales estén delincuentes o un asesino en serie”, indica.

Estética de la imagen predomina en redes

El cara a cara marcó las relaciones sociales desde los albores de la humanidad, dice el sociólogo Sebastián Salazar. La diferencia es que ahora la tecnología influye en estas interacciones, añade.

Salazar observa tres impactos de la comunicación en internet. El primero es que hoy hay una concepción distinta de la distancia, se ha acortado. Lo segundo es que han provocado la pérdida del valor del tiempo. “Todo tiene que ser inmediato, ahora”.

El tercer elemento es una construcción estética en torno a la imagen. “En Tinder, Grindr y en todas las redes para ligue, la imagen tiene una relevancia tal que determina si se sigue o no una forma de relacionarse”.

Salazar señala que en estudios en Europa han concluido que hoy hay jóvenes con dificultades para relacionarse en persona. “No tienen las mismas habilidades para afrontar la frustración por los rechazos virtuales, lo que puede llevar a la violencia”, dice.

María Dolores Brito-Rhor, socióloga y profesora de la Universidad San Francisco de Quito, dice que los milenial entre 18 y 24 años son los usuarios más frecuentes de las redes sociales. “En EE.UU. quince de cada cien personas admiten que han entrado a esas aplicaciones para buscar un tipo de conexión. Y de los que ya están en una relación seria, un 5% se han encontrado vía online”, señala.

En un estudio reciente, dice Brito-Rhor, se compararon las relaciones que iniciaron en un bar o porque los presentaron con las que se conocieron en la web. “Tenían relaciones más satisfactorias, las online. Un argumento, se conocen más cuando los perfiles son verdaderos”. (I)