Miles de personas dieron este domingo el último adiós al alcalde de la capital y expresidente de Guatemala, Álvaro Arzú, quien en 1996 firmó la paz con la exguerrilla para poner fin a 36 años de guerra civil.

Una multitud abarrotó el emblemático y peatonal Paseo la sexta avenida, en el centro histórico de la ciudad, para corear su nombre y lanzar rosas blancas a la carroza fúnebre que llevaba el ataúd, observó un periodista de la AFP.

El féretro, cubierto por la bandera de Guatemala, fue trasladado del Palacio Nacional de la Cultura hacia la sede de la Municipalidad, sobre un trayecto de unos dos kilómetros.

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Arzú, de 72 años, falleció el viernes por un infarto. Fue presidente de la nación entre 1996 y 2000 y alcalde de la ciudad de Guatemala en cinco ocasiones, cuatro de ellas consecutivas, incluyendo el período actual.

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Antes del recorrido hacia la Municipalidad, efectivos del Ejército le rindieron un último homenaje en la Plaza Central con el disparo de 21 salvas de cañón y el sobrevuelo de helicópteros.

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"Se le va a extrañar bastante, fue una gran persona que ayudó a mucha gente", dijo a la AFP Marina Barrios, un ama de casa que lleva a sus hijos a la escuela de karate y ballet impulsada por Arzú.

En el Palacio Nacional, antigua sede gobierno, se realizaron el sábado las honras fúnebres oficiales donde el actual mandatario Jimmy Morales reconoció en un discurso el legado de Arzú y, en especial, por haber firmado los acuerdos de paz en 1996.

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La guerra civil dejó 200.000 víctimas entre muertos y desaparecidos, según la ONU.

Tras concluir las exequias en el edificio municipal, los restos de Arzú serán sepultados en un ceremonia privada en un cementerio en la colonial Antigua Guatemala (oeste). (I)