Según publicaciones de varios medios de comunicación mexicanos, la desaparición de 43 normalistas en Iguala ocurrida el 26 y 27 de septiembre de 2014 fue manejada por narcotraficantes desde EE.UU.

Los jefes del cartel Guerreros Unidos dieron las órdenes de desaparición, además de pedir el apoyo de policías y autoridades corruptas. Esto se supo por escuchas que son parte del caso que lleva adelante una corte de Illinois en contra de uno de los jefes del grupo, Pablo Vega, y otros socios por introducir grandes cantidades de droga a la ciudad de Chicago.

De acuerdo con esas intervenciones, desde el 26 de septiembre de 2014 los criminales discutieron sobre qué hacer con los 43 normalistas. Además, en la conversación se hablaba no solo de los estudiantes, sino de un total de 60 personas capturadas y detenidas.

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Érika Guevara-Rosas, directora para las Américas de Amnistía Internacional, declaró que la nueva información de que la operación estuvo dirigida desde EE.UU. por narcos debe mover a las autoridades mexicanas a abandonar su desacreditada teoría e investigar los hechos de forma “seria y expedita”. Además de que la Procuraduría General de la República (PGR) ajuste su investigación y recoja toda la evidencia posible del caso.

Guevara-Rosas agregó que con los nuevos datos se refuerzan los hallazgos de la investigación del grupo interdisciplinario de expertos independientes, que indicó desde 2015 la necesidad de investigar una posible relación entre la desaparición y el crimen internacional de drogas como un elemento clave. Algo que afirman la PGR nunca atendió debidamente en sus investigaciones.

Tras este caso podría estar una red de complicidades que involucra a autoridades de diferentes niveles del Estado. (I)