Siete palestinos murieron y 1.070 resultaron heridos por disparos de soldados israelíes durante las protestas de este viernes cerca de la frontera entre Gaza y el Estado hebreo, una semana después de una jornada de manifestaciones especialmente mortífera.

Según el Ministerio de Sanidad de Gaza, tres palestinos, entre ellos un adolescente de 16 años, murieron por los disparos de soldados israelíes al este de la ciudad de Gaza de la ciudad de Jan Yunis, y otros 250 resultaron heridos. Otros dos murieron al este de Al Bureij, una localidad en el centro del enclave.

El 30 de marzo, al inicio de una serie de protestas palestinas para reclamar el regreso de los refugiados y el fin del bloqueo de Gaza por Israel, 19 palestinos murieron y unos 1.400 resultaron heridos, en la jornada más sangrienta desde la guerra de 2014 entre Israel y el movimiento islamista palestinos Hamas.

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Este viernes miles de palestinos volvieron a concentrarse cerca de la barrera de seguridad que separa el territorio israelí del enclave palestino controlado por Hamas, enemigo jurado del Estado hebreo.

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Los enfrentamientos estallaron en varios puntos a lo largo de la barrera. Los manifestantes incendiaron neumáticos y lanzaron piedras contra los soldados israelíes, provocando columnas de humo sobre la barrera de seguridad, según corresponsales de la AFP en el lugar. Los militares respondieron disparando gases lacrimógenos y balas reales.

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Según el ejército israelí, "unos 10.000 palestinos participaron en los enfrentamientos a lo largo de la frontera con la Franja de Gaza" y algunos manifestantes "intentaron dañar y cruzar la barrera de seguridad bajo una nube de humo creada por los neumáticos incendiados".

Los manifestantes también lanzaron artefactos explosivos y cócteles Molotov, añadió el ejército, subrayando que las fuerzas respondían "con medios antimotines y con balas, de conformidad a las reglas".

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En previsión de las protestas, jóvenes palestinos recopilaron en los últimos días numerosos neumáticos para quemarlos e impedir así una visión clara a los francotiradores israelíes. Pero los soldados instalaron un enorme ventilador de unos dos metros de altura, con el objetivo aparente de disipar el humo y también emplearon cañones de agua. (I)