Los días y sobre todo las noches se han vuelto tensas y peligrosas en casi toda Venezuela. En las carreteras, grupos de personas interrumpen el tráfico, revisan todos los vehículos, buscan comida; de los camiones con carga se llevan todo. Otros protestan por la escasez, furibundos atacan tiendas, las vacían, sus desesperados dueños lloran impotentes.