Un verano lluvioso y tranquilo, falto de grandes acontecimientos deportivos, le quitó las ganas de consumir cerveza a los alemanes, según unos datos publicados el lunes.
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País, en el que casi cada pueblo y ciudad parece tener su propia cerveza, vivió un verano lluvioso que animó muy poco a los habitantes a calmar su sed con esa bebida.
Un verano lluvioso y tranquilo, falto de grandes acontecimientos deportivos, le quitó las ganas de consumir cerveza a los alemanes, según unos datos publicados el lunes.
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