Javier León prefirió viajar de Samborondón (Guayas) a Babahoyo para vender su cosecha de arroz. Le habían referido que en aquella industria arrocera pagaban en promedio $ 32 por quintal de gramínea y su arroz, sostenía, era de buena calidad como para recibir $ 28 o $ 30 en las piladoras de su cantón o jurisdicciones aledañas.