La Policía española detuvo ayer a 12 personas durante cateos a oficinas del Gobierno regional de Cataluña, al intensificar el Gobierno español su ofensiva contra los preparativos de la región para celebrar un referendo de independencia, que Madrid considera inconstitucional.

Es la primera vez que las autoridades españolas detienen a funcionarios catalanes desde que la campaña en favor de la consulta de secesión empezó a ganar fuerza en el 2011.

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La medida acentuó las tensiones entre las autoridades nacionales en Madrid y los catalanes independentistas ante el referendo convocado para el 1 de octubre. Varios miles de catalanes furiosos se concentraron frente a las oficinas del Gobierno en Barcelona, la capital regional.

Algunos manifestantes se sentaron en la calle para cerrar el paso a los vehículos policiales, mientras otros chocaban directamente con los agentes.

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El presidente regional, Carles Puigdemont, calificó las operaciones policiales de ilegales y fustigó la actitud ‘totalitaria’ del Gobierno nacional.

La Policía, provista de orden judicial, allanó 42 locales, incluidas seis oficinas del Gobierno regional, oficinas privadas y domicilios de funcionarios, así como tres empresas en Barcelona, e incautó casi 10 millones de boletas electorales, además de carteles de lugares de votación y credenciales de autoridades electorales.

El jefe de Gobierno español pidió a los dirigentes independentistas detener la “escalada de radicalidad y desobediencia”, mientras miles de catalanes protestaron en las avenidas contra las maniobras policiales hasta la madrugada. Hoy seguirían las manifestaciones. (I)