El presidente Donald Trump enfrenta una crisis que no puede resolver con un tuit o una bravuconada.

La designación del exdirector del FBI Robert Mueller como fiscal especial a cargo de la investigación de Rusia coloca a la joven presidencia de Trump en un terreno anegadizo a solo cuatro meses de mandato.

El fiscal tiene facultad para pedir documentos de la Casa Blanca y la campaña electoral de Trump, e incluso podría tratar de anular la privacidad de las conversaciones presidenciales en la Casa Blanca. Personas afectadas por la investigación podrían verse obligadas a contratar costosos abogados y a ser sometidas a interrogatorios. El propio Trump podría tener que responder preguntas.

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Incluso si se determina que la campaña de Trump no cometió irregularidad alguna en sus tratos con los rusos, el fantasma de la investigación acosará a la Casa Blanca por meses o años.

“Gobernarán con el constante temor de que cualquier noticia bomba puede estallar a la vuelta de la esquina”, afirmó Julian Zelizer, profesor de historia de la Princeton University.

Trump insiste en que ni él ni sus colaboradores mantuvieron contactos cuestionables con Rusia y dijo que la investigación lo comprobará.

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La decisión del Departamento de Justicia de encomendar a Mueller la investigación se produce en momentos en que la Casa Blanca enfrentaba una serie de controversias.

La semana pasada Trump causó conmoción al despedir al director del FBI James Comey, que supervisaba la investigación de Rusia. Y en una inusitada advertencia a Comey, insinuó que habría grabado las conversaciones entre ambos. Impertérritos, allegados a Comey revelaron que este había tomado apuntes de un encuentro en el que el presidente le pidió que suspendiese la investigación del exasesor de seguridad nacional Michael Flynn, que está también en la picota en relación con Rusia.

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The New York Times dijo este jueves que Flynn había informado al equipo de transición de Trump que era objeto de una investigación federal, pero igual fue designado en ese puesto.

El historiador de presidentes Douglas Brinkley dijo que Trump “no va a poder librarse” de la investigación encabezada por Mueller. (I)