El doctor Juan Falconí Puig envió una carta a la dirección de este Diario en la que pide aclarar algunas afirmaciones que realizó el expresidente del Banco Central del Ecuador, Pedro Delgado, en una entrevista publicada en la edición del 9 de marzo de 2017.

Falconí Puig es, actualmente, representante del Gobierno ecuatoriano ante la Organización Mundial de Comercio (OMC). Antes fue embajador de Ecuador en Reino Unido.

También fue ministro de la Producción y presidente de la Corporación Financiera Nacional (CFN) en el gobierno de Jamil Mahuad; y como superintendente de Bancos, en el gobierno de Gustavo Noboa, investigó la crisis de Filanbanco.

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“En uso de mis derechos constitucionales me permito solicitarle la publicación de esta nota, a propósito de la entrevista de la referencia (...).

Ante la pregunta: ¿Usted redactó el Decreto 1492 para que la Corporación Financiera Nacional canjeara certificados de los bancos con problemas en 1999?, (Delgado) respondió:

“No, yo era el gerente de Riesgos de la CFN en ese entonces y se me pidió, al igual que a los otros gerentes, un informe sobre el decreto que se iba a elaborar, pero yo no participaba de las reuniones con el ministro de la Producción, Juan Falconí, u otros funcionarios de alto rango. El decreto fue preparado por Falconí y los otros ministros. La oposición y el Gobierno quieren simplificar el tema”.

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Delgado debería exhibir el informe que dice que se le pidió sobre ese Decreto 1492, a ver quién se lo pidió y a quién lo dirigió, pues yo fui designado ministro secretario de la Producción recién el 14 de octubre de 1999, cuando respecto de ese Decreto 1492 ya existían borrador e informe que él firmaba. Pero lo que no dice Delgado es que en la primera sesión de Directorio que yo asistía, el 11 de noviembre del mismo año, Delgado y Hugo Reyes hicieron una exposición con ayuda audiovisual y el Directorio aprobó el asunto en los puntos 2 y 3 del orden del día, salvando mi voto en el primer punto porque no era presidente en la sesión anterior.

Y basta comparar las fechas del Decreto 685 del 9 de marzo de 1999, R. O. (suplemento) 149, que es el del feriado bancario, con la fecha del Decreto 1492, para ver claramente que este último, lejos de ser el que resuelve el feriado bancario, es consecuencia del mismo, pues trataba, en síntesis, de que los bancos que tenían fondos congelados de sus clientes los apliquen a las deudas de los mismos clientes, puesto que aquellos pretendían que paguen esas deudas sin devolverles sus depósitos.

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Delgado, que no fue claro, debería exhibir su informe sobre ese decreto, que no era a mí dirigido porque pocos días antes yo recién me había posesionado como ministro secretario de Estado y luego presidente del Directorio de la CFN. Entonces no podía yo haber estado tratando sobre ese decreto con otros ministros, que solo hablé con uno, cuando se me lo presentó para la firma.

Siguiendo el mismo orden de las preguntas que Mónica Almeida hiciera a P. Delgado, en lo pertinente, debo agregar lo siguiente:

La iliquidez era en todo el sistema financiero, producto de los fraudes, principalmente en Filanbanco, que dieron lugar a la crisis, que no vino sola ni cayó del cielo. Al final, la CFN tenía que recuperar todos esos fondos de la AGD, que a su vez tenía que obtenerlos de los bancos que pasaron a su administración y manejo, redimiendo esos CDR, y así el círculo se cerraba. Pero al principio, en la AGD, los banqueros, principalmente Isaías, hicieron lo que a bien tuvieron, pues el primer administrador de la AGD fue nada menos que un exgerente de Filanbanco.

Respecto de los CDR, Delgado debería tener claro que el juicio político fue fraguado y financiado por Isaías para que yo no continúe con las investigaciones y denuncias sobre Filanbanco, que dieron lugar al juicio por peculado en su contra y por el que ahora están prófugos, no obstante el pedido de extradición. Y aquí cabe señalar por qué nadie pregunta a Isaías y a los banqueros, a cualquiera, ya que todos congelaron los depósitos de sus clientes, si ellos tenían depósitos congelados y si se dieron o no CDR a sí mismos. Ninguno se congeló un solo centavo y nadie podría creer que ningún banquero no tenía depósitos en su propio banco.

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Debe quedar perfectamente claro que los $ 661,5 millones (no $ 600 millones) solo era el valor de las pérdidas de Filanbanco, llamado “hueco”, pues Delgado conoce muy bien y calla, que las obligaciones de los hermanos Isaías, dueños y administradores, sin intereses, a 1998, no eran menos de:

Y bien se puede calcular el interés simple, desde esa época hasta la presente, para saber el mínimo de lo que los hermanos Isaías deben, y solo por Filanbanco. (I)