El Consejo Nacional Electoral (CNE) busca blindar el sistema informático que usará en las elecciones del 2017 a un costo de $ 5,2 millones, que incluye ampliación, mejoramiento y seguridad de toda la infraestructura tecnológica que actualmente posee.

Esta adquisición se enmarca en lo que el presidente del CNE, Juan Pablo Pozo, llama “soberanía electoral”: que la institución tenga su sistema propio y el control absoluto del procesamiento y transmisión de resultados el día de las elecciones.

Para ello hubo una primera convocatoria a subasta inversa, el 19 de agosto. Pero el 13 de septiembre se declaró desierta.

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Al siguiente día nuevamente se colocó en el portal de Compras Públicas un segundo llamado de subasta. Concluirá el 6 de octubre próximo.

El proyecto de infraestructura tecnológica parte de un estudio de la consultora Coresolutions S.A., en la que evaluó la capacidad, disponibilidad y seguridad del sistema del CNE.

El análisis concluyó, entre otras cosas, que el sistema “presenta brechas importantes de seguridad y puede no estar preparado ante riesgos críticos y nuevas amenazas”.

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Sin juntas intermedias

Diego Tello, coordinador de procesos electorales del CNE, considera que las debilidades señaladas no deben poner en duda los anteriores procesos, pues los esquemas del 2013 y 2014 fueron diferentes a lo que será el 2017; y además, ya no habrá las juntas intermedias.

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Para el 2017 habrá 1.818 recintos que transmitirán las imágenes de las actas por escáner, información que llegará directamente al sistema informático central donde se procesará los resultados, para lo cual deben garantizarse seguridades.

El CNE necesita implementar equipos de servidores y de almacenamiento virtualizados; servidores de monitoreo; implementar soluciones que permitan la transmisión de información segura desde y hacia la matriz; sistemas de seguridad de base de datos; y otros.

El presupuesto aprobado en febrero del 2017 fijó en más de $ 26 millones el financiamiento de toda la plataforma tecnológica; de ellos, $ 18,4 millones se iban a destinar al fortalecimiento tecnológico; pero tras el terremoto del 16 de abril, quedó en unos $ 7 millones.

Tello aclara que el CNE no armará un nuevo sistema, sino que se adquirirá una infraestructura tecnológica para dar mayores seguridades y evitar los hackers, que garantizará el control en el escrutinio, escaneo de imágenes, procesamiento y transmisión de resultados.

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“Con esta adquisición se está repotenciando lo que el CNE tiene previsto para el 2017; en infraestructura las seguridades estarán garantizadas para entregar a tiempo los resultados a la ciudadanía y organizaciones políticas”, destacó Tello, quien afirma que no habrá ninguna contratación extranjera.

Críticas

Enrique Mafla, ingeniero y miembro del observatorio de las organizaciones políticas, duda de que el sistema que pretende adquirir e implementar el CNE soporte toda la información que deberá procesarse en febrero del 2017.

“Existe una historia de fracasos de las aventuras tecnológicas del CNE, basta nombrar las experiencias del 2013 y 2014, que en vísperas del proceso elaboraron los pliegos, los términos de referencia y evaluaron a la empresa Scytel y la contrataron, y todo fue un fracaso”, dice.

Según él, las bases de la subasta a la inversa no son innovadoras; además cuestiona los montos presupuestados. “Ese recorte drástico demanda una justificación técnica en la que se garantice que el sistema no sufrirá afectaciones”. (I)