Con la reiterada promesa del vicepresidente de la República, Jorge Glas, de que no habrá contaminación ambiental se inició ayer una nueva etapa del proyecto minero Río Blanco: la de explotación.

La obra, ubicada en la parroquia Molleturo (oeste de Cuenca), permitirá, según la Ministerio de Sectores Estratégicos, obtener 600 mil onzas de oro y 4,3 millones de onzas de plata.

Glas aseguró que se han realizado “todos” los estudios ambientales que la ley exige para que no exista contaminación de ningún recurso hídrico, por parte de la concesionaria del proyecto, la china Junefield.

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Algunos sectores sociales piden que antes de explotar el oro y la plata del río se realicen estudios definitivos sobre la existencia de agua subterránea.

Pero el vicepresidente lo descartó. “Se han realizado 400 perforaciones con técnicos de alto nivel, con laboratorios internacionales especializados en control de recurso hídrico. No hay acuíferos, esa es la verdad”, dijo en su discurso.

El alcalde de Cuenca, Marcelo Cabrera, no asistió porque, según había informado el pasado miércoles, no fue invitado.

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Ese día mostró un oficio que dirigió al ministro de Sectores Estratégicos, Rafael Poveda, y en el que le pide que se efectúen estudios “imparciales” para que la ciudad conozca si las fuentes de agua se afectarán o no.

Ayer Poveda aseguró que el acalde conoce el proyecto porque “en varias ocasiones” se ha reunido con él. Insistió que no habrá contaminación. (I)