Bruselas-San José

El primer ministro británico, David Cameron, fue recibido ayer con irritación, lástima y desdén por líderes y legisladores de la Unión Europea (UE), que lo presionaron para una rápida salida del bloque tras el referendo del jueves pasado.

Poco antes de que llegara a Bruselas para una cumbre dominada por la salida británica de la UE (brexit), el Parlamento Europeo adoptó una resolución no vinculante en la que insta a Reino Unido a activar la cláusula de salida voluntaria del grupo lo más rápido posible. Eso daría paso a negociaciones sobre los términos de la separación con un plazo de dos años para concluirla.

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Cameron, quien sostuvo que renunciaría tras el referendo, pidió un divorcio ‘constructivo’. “El Reino Unido dejará la Unión Europea, pero quiero que ese proceso sea lo más constructivo posible y espero que el resultado sea lo más constructivo posible”, dijo.

La canciller alemana, Angela Merkel, la líder más poderosa de Europa, manifestó que el Reino Unido será “un amigo y socio”, pero que no habrá negociaciones formales o informales hasta que ese país pida la salida oficial. También dejó en claro que Gran Bretaña no tendrá acceso al mercado único a menos que acepte ciertos principios de la UE y obligaciones, como el libre tránsito de personas.

En cambio, Jeffrey Mountevans, el lord mayor de Londres y responsable de comercio y finanzas de la capital británica, descartó en Costa Rica que el brexit afecte las relaciones económicas con América Latina.

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“Estoy optimista de que no será un efecto profundo, no esperamos que haya cambios masivos, urgentes”, agregó. (I)