Un pedido de las autoridades de EE.UU. marcó un antes y un después en el fútbol mundial. El hecho tuvo lugar en Zúrich, Suiza, en un lujoso hotel, y derivó en la detención, el 27 de mayo de 2015, de siete dirigentes, aunque la Fiscalía de EE.UU. acusó a catorce personas: nueve de la FIFA y cinco empresarios.