Es mediodía. El tráfico se incrementa en el casco comercial. En fila, seis carros esperan con la luz intermitente, en doble columna, en la calle Vélez, entre Chile y Chimborazo. Se quedan hasta diez minutos en el sitio, hasta que observan a un agente de la Autoridad de Tránsito Municipal (ATM).
Así se inicia una especie de circuito, como el juego del ‘gato y el ratón’, entre los agentes civiles y los conductores, no solo en esa calle, sino en más de diez vías céntricas. Los uniformados se acercan en bicicleta y los conductores se mueven, pero a los pocos minutos se vuelven a ubicar en el mismo sitio.
Julio Cepeda, jefe de operaciones del distrito centro de la ATM, sostiene que en esa zona tienen 30 agentes ciclistas que recorren, en pareja, unas seis cuadras cada grupo.
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En unas cuatro o cinco horas de una jornada, los uniformados emiten en promedio alrededor de 60 multas por estacionarse en doble columna o en zona prohibida. Las horas restantes agilitan el tránsito en los exteriores de centros educativos, afirma Cepeda.
En su defensa, algunos conductores, como Édison Gamboa y Julio Méndez, afirman que deben esperar en doble columna o ubicarse en zona prohibida por no encontrar parqueaderos en el centro o porque en instituciones públicas y privadas donde realizan trámites, supuestamente rápidos, no cuentan con estacionamiento.
P. Icaza, entre Baquerizo Moreno y Córdova; a lo largo de la 9 de Octubre, especialmente entre Rumichaca y Boyacá; en varios tramos de Escobedo; Clemente Ballén y Chimborazo; Lorenzo de Garaycoa, de Clemente Ballén a Colón, son algunas zonas que utilizan los conductores para esperar ‘por un momento’ a sus allegados.
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La señal indica prohibido estacionarse en la calle 6 de Marzo, entre Clemente Ballén y 10 de Agosto, frente al Mercado Central, pero los choferes hacen caso omiso en ambos lados de la vía. Ahí, el martes pasado, un agente citaba a uno de los conductores.
“No entienden, ya les dijimos, con cortesía, que no pueden estacionar ahí, a veces le damos un tiempo máximo de 5 minutos, pero a veces siguen. Si no hacen caso, ya nos toca multar”, comenta un agente que prefiere no dar su nombre. Solo él realizó ese día, hasta las 12:30, más de 20 citaciones por esa infracción y también por hacer doble columna.
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Cuando él se retira, los carros vuelven a ubicarse de ambos lados señalizados. En su mayoría son taxistas informales.
Lo mismo ocurre en Lorenzo de Garaycoa, entre Primero de Mayo y 9 de Octubre; Rumichaca, entre 10 de Agosto y Luque (dos cuadras), entre otras calles del centro de la ciudad. (I)
Lo que dice la ley
Art. 391
"Las contravenciones de tránsito de sexta clase serán sancionadas con multa del 10 % de un salario básico, que equivale $ 35,40, y la reducción de 3 puntos en la licencia de conducir. El inciso 5 dice que esta multa se aplica a quien “estacione un vehículo en los sitios prohibidos por la ley o los reglamentos de tránsito; o que, sin derecho, estacione su carro en los espacios destinados a uso exclusivo de personas con discapacidad o mujeres embarazadas; o estacione su vehículo obstaculizando rampas de acceso para discapacitados (...). En caso de que el conductor no se encuentre en el vehículo éste será trasladado a uno de los sitios de retención vehicular”.
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Equipamiento
El distrito Centro tiene 15 motos, 18 patrulleros y 30 bicicletas para controlar el tránsito en un cuadrante que va desde Portete, Malecón Simón Bolívar, Loja, Víctor Manuel Estrada, av. Barcelona y hasta Eloy Alfaro.