Este 9 de mayo se conmemoran 70 años de la victoria de los Aliados sobre el régimen nazi, uno de los enfrentamientos bélicos más terribles en la historia de la humanidad que inició el 1ero de septiembre de 1939: la Segunda Guerra Mundial. Sus operaciones se extendieron por toda Europa, Asia, África y significó el enfrentamiento entre fascistas y demócratas.

América Latina no escapó a este brutal conflicto, tanto en el plano económico y en algunos casos militar, muchos países del continente participaron en la conflagración, la tensión diplomática con los países del Eje, se da con fuerza después del ataque japonés a la base norteamericana de Pearl Harbor. La mayoría de los países del continente se plegaron a la posición de Estados Unidos y rompieron sus relaciones diplomáticas con los países fascistas, o en su defecto las congelaron.

Tal es el caso de Brasil, el gigante sudamericano le declaró la guerra a Alemania y a Italia el 22 de agosto de 1942, y esto debido a las operaciones de ataque por parte de la fuerza submarina de la marina de guerra alemana contra barcos mercantes brasileños.

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Estos ataques fueron realizados conforme a las instrucciones de la Cancillería del Reich, para el Alto Mando de la Kriegsmarine (Armada de guerra) alemana al mando del almirante Karl Donitz, en una medida errónea pues gracias a la declaración de guerra, Brasil permitió al mando estratégico de la Fuerza Aérea norteamericana establecer bases militares en Recife y Natal.

Aparte de ceder estos enclaves en su territorio, Brasil formó una fuerza expedicionaria formada por 30.000 hombres, que estuvieron destinados en el frente de Italia. Los efectivos desembarcaron en la península itálica en julio de 1944, donde participaron en varias misiones militares contra las tropas alemanas; su intervención más destacada fue en la batalla de Monte Castello (febrero de 1945), donde sufrieron decenas de bajas. También tuvo participación importante en la rendición de la división 148 de infantería alemana, al final del conflicto.

La Fuerza Expedicionaria Brasileña (o FEB) luchó junto con los Aliados en la Campaña de Italia.

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El país sudamericano tuvo 1.050 bajas. Cabe mencionar que Brasil le declara la guerra a Japón, otro de los países del Eje, en junio de 1945.

México y el Escuadrón 201

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Igual que pasó con Brasil, los navíos mercantes mexicanos sufrieron los embates de los temibles submarinos U-boat, en la zona del Atlántico. Ante esta circunstancia el gobierno de Manuel Ávila Camacho le declara la guerra a las potencias del Eje ( Alemania, Italia, Japón) el 22 de mayo de 1942.

Escuadrón 201 integrado por miembros de la Fuerza aérea mexicana.

En el marco de los vaivenes del conflicto, el gobierno mexicano despliega una escuadrilla de aviones con sus respectivas tripulaciones para ser entrenada en EE.UU.; luego de cumplido el periodo de preparación, la escuadrilla bautizada como Escuadrón 201 conformada por 300 personas, también llamadas las Águilas Aztecas, fue destinada a Filipinas en mayo de 1945 para combatir contra los japoneses, donde completó un total de 50 misiones, en las cuales 5 pilotos perdieron la vida.

Batalla del Río de la Plata

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Mucho antes que la guerra se convirtiera en una conflagración mundial y estando solo focalizada en Europa, ya el territorio sudamericano sufrió los coletazos del temible conflicto en que Uruguay fue ese escenario.

El 26 de septiembre de 1939 el acorazado alemán Graff Von Spee, que se encontraba operando a la altura de Pernambuco, recibe por parte del Alto Mando órdenes de atacar a los barcos mercantes aliados; en cumplimiento de su misión, la nave germana había logrado hundir 9 barcos que totalizaban casi 50.000 tm.

'Almirante Graf Spee', el barco de guerra alemán, que se había convertido en un símbolo bélico a inicios de la Segunda Guerra Mundial (1939).

La marina británica ante el peligro desplegó una fuerza de combate integrada por los destructores Achilles, Ajax y Exeter que interceptan el navío germano en el Río de la Plata, dañándolo seriamente. El comandante de la nave pide permiso al gobierno de Montevideo para que le permita hacer reparaciones, a lo que solo le dan un plazo de 72 horas, tiempo insuficiente pues los trabajos se estimaban en casi dos meses. Ante esta situación el comandante alemán se suicida y destruye la nave en las afueras de la capital uruguaya.

Ecuador y la II Guerra Mundial

Nuestro país mantuvo una estricta neutralidad que fue modificándose después de la intervención norteamericana en el conflicto. Con la conferencia realizada en enero de 1942 en Río de Janeiro, Ecuador, junto a la mayoría de los países del continente, plega a la política norteamericana, que lleva al país a romper con el Eje el 29 de enero de 1942.

Ya en el país se había originado un fuerte movimiento antifascista que denunciaba la supuesta penetración de grupos filofascistas en varios sectores de la sociedad ecuatoriana; producto de esa organización se crea el Movimiento Antinazi en junio de 1941, el mismo que creó un medio de información llamado El Antinazi, donde se encuentran colaboraciones de las plumas de Justino Cornejo, Emilio Uzcátegui, el quiteño “G” Humberto Mata, Pablo Neruda, Ilya Ehrenburg. Este movimiento tuvo como directivos a Gustavo Becerra, el francés Raymond Meriguet, Nela Martínez, Modesto Rivera, Dolores Cacuango y Jesús Gualavisí. El movimiento funcionó hasta mayo de 1944.

Asimismo, a partir de la ruptura de relaciones diplomáticas las ciudadanos de origen italiano y alemán residentes en el país sufrieron toda clase de restricciones. Fueron incluidos en las nefastas listas negras que llevó a que negocios y comercios fueran embargados, sus propietarios expulsados del país a EE.UU. o llevados a centros de internamiento, esta situación es ilustrada de manera correcta por Jenny Estrada en su libro 'La lista negra en Ecuador'.

De igual forma, en el plano económico el país reforzó sus exportaciones hacia los EE.UU.: café, cacao, madera, especialmente balsa básica, esta para la elaboración de los aviones bombarderos. La alta calidad del producto fue mencionada por la oficina de Guerra Económica de EE.UU. en un comunicado del 26 de mayo de 1944.

En 1942, el gobierno de Carlos Arroyo del Río cedió la isla Baltra en Galápagos a EE.UU. donde se denominó a la base Beta; también instaló en Salinas una base aeronaval nombrada Gama; ambas se mantuvieron hasta 1946.

ISLA BALTRA, Galápagos.– Viejas estructuras de cemento, construidas a mediados del siglo XX por las fuerzas norteamericanas durante la segunda guerra mundial, permanecen semidestruidas. (Foto del 2004).

Ecuador también prestó su contingente humano en el conflicto:

El sargento Luis Aquiles Durán formó parte de la 20th Fligh Aérea, sirvió en la India e integró la tripulación de un B29. Fue condecorado por haber completado cien horas de vuelo sobre territorio enemigo.

Juan Escobar Durán, oriundo de Riobamba, combatiente del frente europeo y de las filas del ejército del general George Patton.

El capitán Enrique Durán Salas, hijo de Luis Durán Gresely y de Irminia Salas, residente en Nueva York por más de 20 años, ingeniero especializado en reconstrucción de puentes, miembro de las fuerzas aéreas norteamericanas y que prestó sus servicios en una base del Pacífico.

El soldado esmeraldeño Bernardino López Rumbea, que combatió en Normandía integrando una unidad del VIII Corps APO 308, Bélgica y Alemania en el ejército de EE.UU.

Carlos Córdova Galarza, hijo del Dr. Andrés F. Córdova exencargado de la Presidencia de la República, se alistó en el ejército después del ataque japonés a Pearl Harbor, prestó servicio en acción en la batalla de Saint Malo, y en la ciudad alemana de Aochen.(I)

Bibliografía

-Diario el Universo, ediciones años 1944, 1945
-Historia de la II Guerra Mundial , Salvat
-La lista negra en el Ecuador, Jenny Estrada
-Historia del Ecuador, Salvat
-Ecuador y la Alemania Nazi, Francisco Núñez
-Antinazismo en el Ecuador, Raymond Meriguet y Nela Martínez.