La mayoría de los partidos brasileños apoyó ayer al presidente de la Cámara baja, Eduardo Cunha, uno de los 49 políticos investigados por corruptelas en la estatal Petrobras, y afirmó que la crisis causada por el escándalo tiene su epicentro en el gobierno de Dilma Rousseff.

Cunha compareció ayer en forma voluntaria ante una comisión de la Cámara de Diputados que investiga el asunto y se dijo convencido de que el Gobierno intenta “transferir la crisis” al Parlamento, que tiene a 34 de sus miembros investigados por la red de corrupción detectada en la petrolera estatal.

El legislador sostuvo que la investigación abierta en su contra y a otros parlamentarios a pedido de la Fiscalía está “en gran parte apoyada en meras conjeturas e hilaciones”, que consideró “ajenas a la realidad”, e insinuó que por detrás de esa “maniobra” pudiera estar el propio Gobierno.

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“Alguien pretende que la crisis atraviese la calle”, afirmó en alusión a la proximidad entre la sede del Parlamento y el Palacio presidencial de Planalto, separados solo por una avenida.

Cunha pertenece al oficialista Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB), del vicepresidente del país, Michel Temer, pese a lo cual mantiene una línea crítica al Gobierno y encabeza un grupo disidente de esa formación, la fuerza electoral más importante del país.

El partido Solidaridad (SD), nacido de la central de sindicatos Fora Sindical, anunció ayer que promoverá un referendo informal para preguntar a los brasileños si la presidenta Dilma Rousseff debe ser destituida por los escándalos de corrupción en Petrobras.

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“Consideramos que la presidenta Rousseff no está en condiciones de seguir gobernando el país”, dijo el diputado Paulo Pereira da Silva, presidente de Solidaridad y de Fora Sindical.

Explicó que la intención de SD es comenzar a recoger firmas de la población el próximo domingo, durante las manifestaciones que grupos opositores han convocado en todo el país contra el Gobierno de Rousseff, reelegida el pasado octubre y quien inició su segundo mandato el último 1 de enero.

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Los obispos brasileños pidieron calma a la población ayer, en vísperas de protestas contra la presidenta Dilma Rousseff por la corrupción política en Petrobras y el deterioro de la economía. (I)

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Sindicatos

agrupa el Partido Solidaridad que tiene su fuerza en el Fora Sindical, la unión de gremios obreros fundada en 1991.