Temo que alguno de ustedes se pregunte qué tiene que ver una escuela de periodismo empírico con los nobles propósitos del Comité para la Protección de los periodistas. Es muy sencillo: un factor esencial en la defensa de la integridad de un periodista, de su independencia y hasta de su vida, es una buena formación profesional”. Gabriel García Márquez inauguraba con esas palabras, el 18 de marzo de 1995 en Cartagena (Colombia), el primer taller de la Fundación para el Nuevo Periodismo Iberoamericano (FNPI), que lleva su nombre y que durante 20 años también ha conservado su esencia.