Dieciocho personas, entre civiles y policías, murieron ayer en Kiev como consecuencia de los violentos enfrentamientos entre manifestantes antigubermanentales y las fuerzas del orden, que intentan desalojar la plaza del Maidán, ocupada por los opositores desde hace tres meses.

El presidente Viktor Yanukovich rechazó detener el asalto de las fuerzas del orden contra el Maidán (Independencia) y ordenó evacuarla, según declaró el opositor Vitali Klitschko tras reunirse con éste.

El balance anterior (difundido por la mañana) mencionaba cinco civiles y siete policías muertos. Los manifestantes reunidos en la plaza, muchos equipados con cascos y escudos, erigieron por la noche un muro de fuego para protegerse de los policías que empezaron a evacuarlos tras violentos choques.

Publicidad

Los reclamos se dieron un día después de que entrara en vigencia una ley de amnistía que favorecería con la libertad a más de 230 detenidos en las protestas populares que se iniciaron en noviembre pasado. Además, la oposición convocó la marcha para demandar que se restituyera la Constitución del 2004, lo que limitaría los poderes del presidente Yanukovich en favor del Parlamento.

El brote de violencia de ayer, el primero después de los desórdenes de finales de enero pasado, ha causado inquietud en los países europeos, que han instado a reconducir la situación a través del diálogo.

En las protestas también resultaron heridos 150 manifestantes y 47 uniformados.

Publicidad

La jefa de la diplomacia de la Unión Europea (UE), Catherine Ashton, pidió a los líderes ucranianos que afronten las causas de raíz de la crisis e instó a volver al proceso parlamentario. Mientras, Rusia responsabilizó a los países occidentales del rebrote de la violencia en Kiev.