Duendes y diablos envueltos en leyendas y un hermoso paisaje coloreado por verdes montañas y montes nevados vieron nacer el jueves pasado al Museo del Tren en la estación El Boliche, una de las paradas del ferrocarril, en Cotopaxi.
Publicidad
En la estación El Boliche, en Cotopaxi, se recuerdan historias de antaño.
Duendes y diablos envueltos en leyendas y un hermoso paisaje coloreado por verdes montañas y montes nevados vieron nacer el jueves pasado al Museo del Tren en la estación El Boliche, una de las paradas del ferrocarril, en Cotopaxi.
Publicidad
¿Tienes alguna sugerencia de tema, comentario o encontraste un error en esta nota?
Publicidad