Luego de cinco días de caminata, un centenar de mujeres amazónicas de las nacionalidades Shuar, Kichwa, Zápara y Huaorani llegaron a Quito provenientes del Puyo para entregar un  manifiesto de cuatro páginas al presidente de la República Rafael Correa y a la Asamblea Nacional, donde expresan su rechazo a la actividad petrolera en sus territorios.

El Parque El Arbolito, ubicado en el centro norte de Quito, será el lugar de concentración de este grupo que fue acompañado desde el sector de Guajaló (sur) por grupos ecologistas y de defensa de derechos humanos.

Ellas argumentan su preocupación por la destrucción de sus hogares, la selva y lo que quieren es exigir a las autoridades nacionales la continuidad de la vida de los pueblos originarios de sus pueblos "preservando y conservando la riqueza biológica de sus territorios, la naturaleza, la biodiversidad y el patrimonio cultural y natural de acuerdo al concepto del Sumac Kawsay y del Kawsay Sacha".

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Para ellas, la selva, el agua y la tierra están siendo amenazados por la actividad extractiva. "Las operaciones petroleras en el norte de la Amazonia y en el bloque 10 en la provincia de Pastaza" están generando graves impactos, aseguran en el manifiesto.

Cuestionan además que el Gobierno apruebe leyes que "saqueen los territorios amazónicos" y se favorezca a empresas transnacionales "irrespetando el derecho a la consulta prelegislativa contemplado en la Constitución y en el Convenio 169 de la Organización Internacional de Trabajo (OIT)".

También cuestionan los procesos de concesiones mineras, petroleras y el programa gubernamental Socio Bosque, que "no cumplen con la consulta previa".

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Según el manifiesto, todas estas actividades extractivas están provocando fragmentación en las comunidades, enfrentamientos entre ellas, debilitamiento de las estructuras organizativas y formas de vida, además de la soberanía alimentaria y diversidad de la naturaleza.

Por ello, rechazan la XI Ronda Petrolera emprendida por el Régimen de Rafael Correa y acusan al Gobierno de usar "mecanismos engañosos" para conseguir firmas de los miembros de las comunidades para justificar supuestos procesos de consulta previa".

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Además rechazan "toda intervención en sus territorios sin que se cuente con el consentimiento libre, previo e informado de toda la comunidad".

Cuestionan la ampliación del bloque 10 que no ha sido consensuado con sus comunidades; toda forma de criminalización de la protesta social; las actuaciones de ciertos dirigentes y de los Gobiernos Autónomos Descentralizados que firmen convenios de aceptación a las empresas petroleras.

Las mujeres amazónicas proponen en el manifiesto la declaración de los territorios como zona libre de petróleo, territorio sagrado, patrimonio de la biodiversidad y cultural, el respeto a la intangibilidad de los territorios, que no se exploten los bloques 31 e ITT del Yasuní,  la declaratoria de moratoria a las actividades petroleras, mineras y madereras en los territorios indígenas, la anulación de concesiones directas a Petroamazonas de los bloques 28, 86 y 78 en el marco de la Ronda Suroriente, la anulación de los juicios contra dirigentes indígenas y la adopción de energías alternativas.

Finalmente, piden una auditoría con veeduría internacional para que se constate toda la afectación provocada por la actividad petrolera en los pueblos amazónicos, suspender la supuesta consulta de la Secretaría de Hidrocarburos en territorios amazónicos, la suspensión de la XI Ronda Petrolera hasta tener mecanismos democráticos que garanticen la toma de decisiones, y el respeto a sus decisiones dentro de sus costumbres y tradiciones.

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