Recién graduado y sin experiencia consiguió su primer proyecto de relevancia, sin imaginar que se convertiría en un referente de la arquitectura contemporánea. Todo arrancó cuando tenía 24 años y decidió participar en el concurso convocado para diseñar la sede de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales, en Quito.

La propuesta de Christian Wiese prevaleció sobre otras y se convirtió en ganadora. Así fue el inicio de la fructífera carrera de este arquitecto quiteño de 40 años, que 16 años después de ese concurso posee un portafolio de 120 proyectos, uno de los cuales ha cambiado el perfil de Guayaquil.

De padre alemán y madre ecuatoriana, Wiese ha ganado notoriedad en los últimos años por ser el arquitecto que ha puesto a Guayaquil más cerca del cielo. Y no solo por haber diseñado, a pedido de Pronobis, The Point, el edificio más alto de la urbe (con 137,9 m), sino porque se embarcó en otro proyecto que busca romper su propio récord: las dos torres gemelas de 40 pisos, del Swissôtel.

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Dicho proyecto, que se construirá en el malecón y que albergará oficinas y departamentos, superará en 25 metros de altura al The Point.

Estar a cargo de la arquitectura de grandes proyectos en Guayaquil, sin embargo, es un asunto que a Wiese le tomó tiempo, esfuerzo y sobre todo, perseverancia.

Aquí comenzó a ver plasmada su obra hace menos de un lustro con el hotel Sonesta, una infraestructura que está al norte. Antes había hecho trabajos para otros proyectos de importancia, pero algunos por diversos factores no lograron concretarse en la urbe, como por ejemplo un hotel sobre el agua, en el Malecón Simón Bolívar.

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El deseo de que su huella arquitectónica forme parte del ambiente urbano guayaquileño no es aislado. Wiese se siente muy ligado al puerto, por su esposa, la presentadora María Caridad Dávalos, y su otra pasión: Barcelona.

Por eso, ahora que The Point está listo y la gente lo comienza a asociar como un tornillo o toalla estrujada, Wiese lo acoge con agrado, con alegría, porque cree que el mejor reconocimiento que puede recibir un edificio es que sus habitantes le pongan un apodo y lo comiencen a hacer parte de la memoria urbana.

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Antes de The Point, lo más alto que había diseñado era Urban Plaza, un edificio de 16 pisos que está en Quito, pero siempre había aspirado a llegar más allá, con diseños pioneros, que se recuerden.

Es que eso de ser pionero es otro aspecto que también ha estado vinculado a su vida. Es hijo único, el primer arquitecto de su familia y el primer graduado de la Facultad de Arquitectura de la Universidad San Francisco de Quito.

Aunque tiene un biotipo que se aproxima a sus raíces europeas, Wiese se considera más bien un arquitecto ‘criollo’, un latino que quiere imprimir un estilo basado en el racionalismo. Él concibe ese racionalismo como un sistema que debe recoger claridad, transparencia y orden. Y eso trata de poner en sus obras, a las que asocia con esculturas.

De hecho, The Point tiene como fuente de inspiración los contornos de la mujer. Esas formas que quiere que prevalezcan en el tiempo y que forman parte de sus sueños. “El gran sueño de mi vida es un viajero del tiempo, que llega después de cien años a Guayaquil, y le parece que los edificios son válidos, como si se hubiesen hecho el día anterior”, afirma.

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3 premios
Por ornato ha recibido este arquitecto quiteño: en el 2003, 2006 y 2013.

En el momento que le ponen un apodo a un edificio es porque la gente se sensibilizó al edificio, que estuvo pendiente de su construcción, que es parte de ellos, un habitante más”.Christian Wiese, arquitecto