El gobierno mexicano desplegó miles de soldados y policías en el convulso estado de Michoacán, al oeste del país,  el mismo en el cual, en el 2006 empezó la cruenta lucha del anterior presidente, Felipe Calderón, contra los carteles de la droga.

Michoacán es un estado rural del oeste de México, habitado por 4,3 millones de personas, en el que desde hace décadas operan organizaciones narcotraficantes que cultivan marihuana y amapola y producen drogas sintéticas para su traslado a Estados Unidos.

En los últimos meses, además, esta región ha vivido bajo un mandato interino en el gobierno estatal, ya que el gobernador Fausto Vallejo se encuentra de permiso por problemas de salud.

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El operativo, que según fuentes federales consta de unos 4.000 militares y 1.000 policías tiene como objetivo "devolver la paz" al golpeado y empobrecido Michoacán, aseguraron los integrantes del gabinete de seguridad del presidente mexicano, Enrique Peña Nieto.

El secretario de Gobernación (Interior), Miguel Ángel Osorio Chong, declaró que se trata de una estrategia "integral" que marca una "gran diferencia" con la que lanzó Calderón, basada en el combate frontal a los grupos criminales.

Existe "un mando único, una estrecha coordinación entre todas las fuerzas de seguridad federal, estatal y municipal y un sistema de inteligencia (...) Esperamos que los resultados sean muy diferentes", afirmó Osorio Chong tras la reunión celebrada en Morelia, capital de Michoacán.

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El operativo estará coordinado por el secretario de Defensa, general Salvador Cienfuegos, quien explicó que sus elementos están garantizando la circulación de personas y mercancías en la conflictiva Tierra Caliente, una subregión de Michoacán donde son comunes los retenes clandestinos de comandos armados y las extorsiones contra empresas y pobladores.

Hay que liberar a la población "de ese cáncer que son las organizaciones criminales, que se han fortalecido en el área", afirmó Cienfuegos.

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En un recorrido por Tierra Caliente se observaban este martes numerosos retenes del Ejército mexicano pero también de las "autodefensas", los grupos armados que han surgido desde principios de año en Michoacán y otros estados y que dicen asumir la misión de defender a sus comunidades de la criminalidad.

Ante el desbordamiento de las autoridades, en varias comunidades rurales de Tierra Caliente se conformaron desde febrero grupos de hombres armados que se hacen llamar autodefensas (o guardias comunitarias) y enfrentan a las bandas criminales como el cartel local Los Caballeros Templarios, que extorsionan, secuestran y asesinan a empresarios y pobladores. En respuesta los narcotraficantes han respondido sitiando algunas comunidades para cortar su abastecimiento de alimentos y mantener así su dominio territorial.

Las autodefensas están integradas por colectivos de ciudadanos que en zonas como La Ruana, Buenavista Tomatlán y Apatzingán se han transformado en policías para protegerse de los delincuentes y ocupar el vacío creado por los agentes policiales corruptos. En sus retenes, algunos de los integrantes portan camisetas azules con la leyenda "Policía Comunitaria", otros tienen tapado el rostro y la mayoría van armados con escopetas o pistolas, constató la AFP.

Sin embargo, estos grupos civiles armados surgidos en Michoacán para protegerse de la criminalidad "ya no tienen razón de ser", aseguró este miércoles el ministro de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, tras el despliegue de fuerzas federales en la región.

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Consultados por la AFP, integrantes de las autodefensas condicionaron la entrega voluntaria de sus armas a que el operativo logre acciones efectivas contra el cártel local 'Los Caballeros Templarios', al que responsabilizan de las extorsiones y otros delitos que se cometen en la región.

"Ahora mismo estamos tranquilos porque ya están aquí las fuerzas castrenses. Pero eso no garantiza nada, porque los operativos vienen pero también se van", comentó Rafael García, alcalde de Coalcomán, un pueblo de Tierra Caliente.

De los 113 municipios en que está dividido Michoacán, en 39 hay presencia de grupos criminales, sobre todo de las bandas criminales de "La Familia Michoacana" y "Los Caballeros Templarios", y de grupos de autodefensa, lguos de ellos acusados de recibir armas y operar para la organización narcotraficante Jalisco Nueva Generación, que se cree que está asociada con el gran capo Joaquín "El Chapo" Guzmán.

Hay "autodefensas" que están "haciendo el esfuerzo por proteger a sus comunidades y otros que no es así, y están financiados por otros grupos", recalcó el secretario Cienfuegos, que emplazó a la población a entregar las armas o registrarlas legalmente.

Michoacán fue la primera región donde el expresidente Calderón (2006-2012) desplegó a las fuerzas militares contra los poderosos cárteles de la droga, una lucha que marcó toda su presidencia.

Los operativos se extendieron después por buena parte del país y generaron una ola de violencia en la que más de 70.000 personas fueron asesinadas durante el mandato de Calderón, quien era oriundo de Michoacán.

"La única salida que encontró el presidente (Felipe) Calderón en su momento fue la militarización y vemos que el esquema se está repitiendo", lamentó en una entrevista telefónica el jurista Julio Hernández Barros, de la Universidad Iberoamericana (UIA), para quien el despliegue prueba que hasta el momento en "México no ha cambiado drásticamente su política de seguridad" con respecto al sexenio anterior.

"Ha habido intentos, ha cambiado en muchos aspectos la política, por ejemplo, hacia las víctimas de esta guerra, pero no hacia el crimen como tal", apuntó.