El exdictador argentino Jorge Rafael Videla murió ayer a los 87 años en el centro penitenciario bonaerense de Marcos Paz, donde purgaba una pena de reclusión perpetua por delitos de lesa humanidad, mientras afrontaba otros juicios en curso y en puerta por su actuación en la dictadura (1976-1983).

Junto a Emilio Massera y Orlando Agosti (fallecidos), Videla lideró el golpe de Estado del 24 de marzo de 1976 que derrocó a la presidenta María Estela Martínez de Perón, tercera esposa del tres veces gobernante Juan Domingo Perón.

Unas 30.000 personas desaparecieron, según los organismos humanitarios, y 500 bebés fueron robados, de los cuales 108 pudieron recuperar su identidad, merced al trabajo de las Abuelas de Plaza de Mayo.

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“No, no se podía fusilar. Pongamos un número, pongamos cinco mil. La sociedad argentina no se hubiera bancado (soportado) los fusilamientos. (...) No había otra manera. Todos estuvimos de acuerdo con esto. Y el que no estuvo de acuerdo, se fue. ¿Dar a conocer dónde están los restos? ¿Pero, qué es lo que podemos señalar? ¿El mar, el río de la Plata, el Riachuelo?”, dijo en 1998. Con la economía en recesión, inflación y la moneda devaluada, Videla fue sucedido por Roberto Viola, el 29 de marzo de 1981.

Adolfo Pérez Esquivel, premio Nobel de la Paz, dijo que Videla se lleva mucha información de los desaparecidos durante el régimen militar.

Unas 250 personas, la gran mayoría militares, fueron condenadas desde que se reactivaron las causas en el 2003, incluido Videla, quien murió con dos condenas a prisión perpetua, aunque en ninguno de los juicios dio información sobre los archivos de la dictadura y el destino de los desaparecidos.

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Los argentinos que residen en España e integran las organizaciones contra la impunidad por los crímenes de la dictadura recibieron la noticia con una mezcla de satisfacción, por un lado, y “pena” por el poco tiempo de condena que cumplió.

Estela de Carlotto, líder de las Abuelas de Plaza de Mayo, organización que busca a cientos de niños robados en la dictadura, dijo que “la historia evaluará el genocidio y el oprobio de la dictadura cívico-militar que Videla encabezó y de lo que no se arrepintió”.

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La organización Amnistía Internacional recordó que desde que Videla asumió el poder (1976-1983) recibió denuncias sobre violaciones de derechos humanos y, en noviembre de 1976, envió una misión de investigación a Argentina. El resultado fue un informe detallando sobre detenciones sin orden judicial y torturas.