Una abeja “teledirigida” y de doble propósito es el nuevo experimento que hacen en China. La llaman la abeja ciborg y detrás de ella está una inimaginable industria electrónica.
Este desarrollo de abejas “mini robot” que comienza a probarse demuestra “el poder de la miniaturización en China”.
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En Radio Francia Internacional (RFI) detallan la prueba y reseñan que “9 de cada 10 veces, la abeja obedece”.
¿Qué hace la abeja robot?
La ciencia y la tecnología se han unido para equipar a una abeja viva con un mini controlador electrónico que permite guiarla a distancia.
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El peso no le afecta. De acuerdo con RFI, “el dispositivo pesa 74 miligramos, menos que una carga de néctar que la abeja transporta de forma natural”.
Ese mini controlador se le fija a la espalda “y envía minúsculos impulsos eléctricos a su cerebro para girar a la izquierda, a la derecha, avanzar o retroceder”.
Expertos del Instituto Tecnológico de Pekín “han impreso circuitos electrónicos en una película flexible, tan fina como el ala de un insecto”.
Desglosa RFI: “Tres diminutas agujas estimulan el cerebro de la abeja con impulsos. Crean una especie de ilusión que desencadena sus movimientos”.
Doble propósito
Informan que estas abejas teledirigidas “podrían utilizarse para localizar supervivientes entre los escombros tras un terremoto o para vigilar discretamente zonas sensibles”.
En qué benefician
Partiendo de que estos insectos “vuelan varios kilómetros sin cansarse, saben colarse en espacios muy estrechos y se camuflan fácilmente”, los especialistas reconocen:
En un escenario militar o policial, podría utilizarse la abeja para el espionaje, el reconocimiento en entornos urbanos y hasta en operaciones antiterroristas.
En el ámbito de los rescates, la abeja teledirigida podría salvar vidas, agrega el medio francés.
Lo que viene
Mientras la tecnología avanza, otros expertos evalúan asuntos importantes en tecnología como los vinculados con la ética.
Analizan el impacto en la naturaleza
Observan que “existe el riesgo de abuso. Una tecnología diseñada para salvar vidas también podría utilizarse para militarizar la naturaleza”.
Y reconocen, desde ya, que, aunque son insectos, no pueden olvidar qu esto es “estimulación invasiva del cerebro para controlarlos”.
Mientras que en el escenario tecnológico anotan detalles sobre la batería.
Las abejas “aún no pueden mover las patas a voluntad y su resistencia es limitada”.
De momento, “la abeja debe estar conectada a una fuente de energía, ya que las baterías lo suficientemente potentes como para hacerla volar sin cables siguen siendo demasiado pesadas”.
El desafío entre los investigadores es lograr “miniaturizar las baterías y mejorar la precisión de las señales”. (I)