“Se sintió enseguida como en casa”. Fran y Susana, padres de tres hijos de 28, 23 y 21 años, decidieron tener otro en 2023. Y se les dio. En casa recibieron, como un miembro más de la familia, a un chico que llegó de Costa de Marfil -África- a España a labrarse un mejor futuro.
“Nuestros hijos tuvieron buenas oportunidades y queríamos darle a alguien también esa posibilidad”, cuenta Susana a La Voz de Galicia.
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Tomar la decisión de tener un cuarto hijo fue un acto de justicia social, aprecian los esposos.
Llevar a ese hijo a casa pasaba por las opiniones de quienes iban a ser los hermanos mayores. Ninguno puso objeción.
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“Tenéis que ser padres y no abuelitos”, dijo la hija menor. El de 28 años les respondió: “Vosotros veréis, si os encontráis con fuerza para empezar con un adolescente, adelante. Nosotros os ayudaremos en lo que podamos”. Y el mediano expresó: “Si vosotros lo decidís...”.
Llegó el cuarto hijo a casa
Al cuarto hijo de Fran y Susana lo llaman, en el diario La Voz de Galicia, y por cuestiones legales, “A”. Llegó a sus vidas cuando él tenía 12 años.
Ya Susana y Fran tenían experiencia en el tema de acogida. Habían abierto las puertas de su hogar, durante tres años, a una niña saharaui.
Antes de conocer a “A”, los esposos asistieron a la presentación del programa En Familia, “que conlleva una formación para acabar siendo familias acogedoras durante los fines de semana o vacaciones”.
El corazón de madre impulsó a Susana a tomar la decisión de formarse en el programa.
“Como oyente no me iba a quedar”, dice. Fran la apoyó.
El primer proceso legal no avanzó, pero no apagó las ganas de querer ser nuevamente padres.
Recuerdan al medio de Galicia que a finales de octubre del 2022 les comentaron la posibilidad de acoger a un niño de 12 años que no tenía familia en España.
Aceptaron y fue así cómo conocieron a “A”. Había llegado a Canarias, solo, desde Costa de Marfil, África.
Con amor describen a su cuarto hijo: “Es inteligente, agudo, responsable y de ‘muchísima memoria”.
Llegó el momento de llevarlo a su nuevo hogar. La acogida fue más fácil de lo que soñaron. “A” fue muy querido desde mucho antes de integrarse a su nueva familia.
“Se sintió enseguida como en casa. Él puso mucho de su parte y nuestros hijos mayores lo acogieron muy bien (…) Es su hermano pequeño desde el minuto cero”, expone Susana.
Padres orgullosos
“A” mantiene algo de contacto telefónico con sus familiares. Con la madre habla poco. No es fácil contactarla. El jovencito conversa más con un hermano radicado en Francia.
Susana y Fran saben que a “A” “le toca ser adolescente. Tiene que disfrutar todo lo que no disfrutó en su momento. Y para eso vino, para todas esas cosas, porque de la adolescencia también se aprende mucho para la vida adulta”, explica la mujer.
“A” les comenta que llevará a Costa de Marfil siempre. “Tiene una madurez impropia de un niño de 15 años”, dice Susana.
Al adolescente le gusta el fútbol. Estudia en el cole en el que trabaja Susana, informan en La Voz de Galicia.
“Su desarrollo físico es diferente al de los niños de aquí (…)”, resalta Susana.
“A” vivió en Pontevedra y con algunos chicos de allá mantiene el contacto. Los visita.
“Nosotros tuvimos mucha suerte de encontrarnos con él”, afirman Susana y Fran.
A Susana se le desborda el corazón por su cuarto hijo: Llama mucho la atención, porque es alto y guapo”. Y con una sonrisa agrega : “Y no es amor de madre”. (I)