Álvaro Clavijo es el nombre del chef que, así como sus creaciones gastronómicas, está de boca en boca en Colombia. La semana pasada vio recompensado, con creces, cómo la constancia y los esfuerzos sí son premiados.
Este hombre, que empezó lavando platos, no desaprovechó la oportunidad que consiguió para que su talento en la cocina cautivara paladares rápidamente.
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Comenzando diciembre de este 2025 su local “El Chato” fue premiado como el mejor restaurante de América Latina, anunció la organización The 50 Best Restaurants.
Es así su historia… lavó platos en una venta de comidas y hoy es el dueño de un famoso local bogotano para comer, convertido en el más importante del año para América Latina.
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En redes, la organización celebró: “¡El Chato es oficialmente el Mejor Restaurante de Latinoamérica!”.
La gala de premiación fue en Antigua, Guatemala. Desde allí reseñaron: “Marcando la primera vez que un restaurante colombiano ha ocupado el primer lugar en la lista de los 50 mejores restaurantes de América Latina, El Chato ha sido nombrado el mejor restaurante de América Latina 2025, patrocinado por S.Pellegrino & Acqua Panna”.
En el ranking mundial, “El Chato” ocupa el puesto número 54.
El premio
Clavijo, de 39 años, explica a La FM que el reconocimiento otorgado a su restaurante El Chato “corresponde al trabajo con ingredientes del país y al impulso de la gastronomía colombiana”.
Sin embargo, el reconocimiento no se explica únicamente por la cocina, difunde Infobae.
Añaden que quienes participan en la organización insisten en que el nuevo paradigma de evaluación exige mirar más allá del plato.
Citan a Daniel Greve, director regional de The World’s 50 Best y The Latin America’s 50 Best Restaurants, quien expone: “Hoy tiene mucho más que ver con la experiencia, con la coherencia conceptual que se percibe desde el nombre y la puesta en escena, hasta el último plato”.
Para Clavijo, entrevistado por La FM, “el reconocimiento recibido por El Chato se relaciona con la manera en que el restaurante trabaja los ingredientes colombianos”.
Asegura que el restaurante “abre solo con ingredientes colombianos y los impulsa a través de recetas que creamos”.
El chef reveló: El modelo del restaurante “no es replicable” en otros países. “El Chato es totalmente irreproducible”, afirmó, debido a la dependencia de proveedores locales, difunde La FM.
Malo lavando platos
A los 17 años, dice Clavijo, halló su lugar, su misión de vida.
Por ‘presiones’ se acercó a la arquitectura, pero abiertamente reconoce: “No me gustó”.
“Tuve la fortuna de entrar a una cocina y eso me dio a entender que no quería hacer más en mi vida, que lo que me gustaba era estar dentro de una cocina.
Empecé lavando plato en un restaurante de comida como Tex-mex, en París, porque o era tan bueno como para ser cocinero y era tan malo lavando platos que después me terminaron volviendo cocinero”, dice Clavijo, con humor sobre su pasado, en el pódcast “Detrás del nombre”, lo citan en Red+.
“Le doy la oportunidad de meterse (a) la cocina a ver si de pronto acá le gusta”, le manifestó un chef mexicano.
“Y ahí fue, ahí empecé, de ahí nunca más me salí”, contó Clavijo.
Pasado un tiempo, se marchó a España, donde comenzó a estudiar lo relacionado con la cocina.
Volvió un tiempo a su país y su mamá deseaba verlo con una profesión.
A Clavijo se le presentó la oportunidad de irse a España, donde estudió lo que lo apasiona desde siempre.
Su hermana fue su pilar, su gran apoyo. Vivía en Europa y gracias a ella entró a la Escuela de Hostelería Hofmann. Todo cambió para Clavijo… “ahí ya soy muy, muy feliz”.
Con experiencia gastronómica, como principal ingrediente, volvió a su esencia… a Colombia, donde abrió hace 9 años, en Bogotá, “El Chato”.
Señalan en Red+ que otro restaurante, creado por Clavijo, integró también la lista de The 50 Best de América Latina. El local se llama Selma y es de cocina mediterránea. Quedó en el puesto 96 (de un top 100).
Álvaro Clavijo siente que premiaciones como la que acaba de recibir es un impulso para que jóvenes chefs “se motivan a cocinar cocina colombiana”. (I)