Aquellas personas que aman a la naturaleza en el jardín de su casa, saben que tener las plantas ideales para atraer polinizadores tiene dos grandes beneficios: el primero es disfrutar de una gran exhibición de fauna autóctona y el segundo es ofrecer una fuente de alimento vibrante para la fauna local.
Sin embargo, al momento de elegir las flores adecuadas, hay una gran cantidad de opciones, una de ellas es el ismeno (Hymenocallis), que también es conocido como narciso peruano o lirio araña.
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Es originaria de los Andes y Sudamérica. Su principal característica son sus grandes y fragantes flores blancas o amarillas, que tienen una copa en el medio y pétalos alargados. Otro dato importante es que son fáciles de cultivar, ya sea en macetas o en el suelo, solo hay que dejarlas tomar sol por la mañana y que el suelo tenga buen drenaje, reseña el portal Gardening.
Los colibríes aman el aroma del esta flor
Esta flor singular tiene una fragancia que atraerá tanto a colibríes como a otras especies al jardín. Esto aportará polinizadores, belleza y un rico aroma.
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De acuerdo a House Digest, esta no es una flor más, ya que promueve una experiencia sensorial en la que participan el olfato, la vista y la vida silvestre.
¿Cómo cultivar y cuidar la ismena en los distintos climas?
Esta planta tiene la capacidad de adaptarse a distintas regiones, pero claro, hay que tomar en cuenta la cultivación y el cuidado.
- En las zonas de rusticidad del USDA 7 a 10, con inviernos cálidos y sin heladas de la temporada, se pueden plantar directamente en la tierra o en un arriate. El suelo debe ser rico y estar bien drenado. Necesitarán riego regular, pues están acostumbradas a condiciones tropicales.
- Suelos con composiciones más duras: también pueden sobrevivir a estas condiciones, ya sea arenoso o arcilloso. Lo importante es que haya un riesgo constante.
- Debe ubicarse en un lugar soleado que ofrezca al menos seis horas de luz solar directa. Sin embargo, puede tolerar la sombra parcial si es necesario.
- En regiones frías: se debe cultivar en macetas que puedan trasladarse al interior si la temperatura empieza a bajar. Luego de la floración se debe dejar que el follaje amarillee y marchite naturalmente. Este proceso nutre a la semilla para el año siguiente. Se desentierra con cuidado y se guarda en un lugar fresco y seco. Se replanta en primavera.
(I)
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