Un visitante cósmico que atraviesa el sistema solar está haciendo lo último que los astrónomos esperaban. Y es que el cometa 3I/ATLAS empezó a lanzar chorros de gas y polvo desde lo que parecen ser volcanes de hielo activos en su superficie.

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El cometa, detectado por primera vez en julio y que alcanzó su punto más cercano al Sol el 29 de octubre, comenzó a mostrar una actividad intensa cuando se acercó a unos 378 millones de kilómetros del sol.

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Las imágenes de alta resolución captadas por el Telescopio Joan Oró en el observatorio de Montsec, en Cataluña, revelaron erupciones que los investigadores interpretan como criovolcanismo, un fenómeno típico de cuerpos ricos en hielo como los objetos transneptunianos que orbitan más allá de Neptuno, reporta Live Science.

Volcanes de hielo en el 3I/ATLAS

Lo sorprendente es que este objeto, formado en un sistema planetario remoto, comparte características con cuerpos del mismo vecindario cósmico en el que está la Tierra.

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Josep Trigo-Rodríguez, investigador del Instituto de Ciencias del Espacio en España y autor principal del estudio publicado el 24 de noviembre en el servidor de preimpresión arXiv, explicó que la mezcla de materiales en la superficie del cometa tiene similitudes con objetos transneptunianos.

Los análisis espectrográficos realizados con meteoritos primitivos llamados condritas carbonáceas —algunos recolectados por la NASA en la Antártida— revelan que 3I/ATLAS es rico en metales naturales y podría tener una composición similar a estos restos de los primeros días del sistema solar.

“Todos quedamos sorprendidos”, declaró. “Al tratarse de un cometa formado en un sistema planetario remoto, es notable que la mezcla de materiales que forma su superficie se asemeje a la de los objetos transneptunianos, cuerpos formados a gran distancia del Sol, pero pertenecientes a nuestro sistema planetario”.

El mecanismo detrás de las erupciones involucra la sublimación de dióxido de carbono sólido que, al calentarse, permite que un líquido oxidante fluya hacia el interior del cometa y reaccione con granos metálicos de hierro, níquel y sulfuros.

El cometa tiene entre 440 metros y 5.6 kilómetros de ancho según observaciones del Telescopio Espacial Hubble, y si mide cerca de 1 kilómetro podría pesar más de 600 millones de toneladas métricas.

Su trayectoria hiperbólica y su velocidad de unos 221 mil kilómetros por hora confirman que no está ligado gravitacionalmente al Sol, lo que significa que definitivamente proviene de otro sistema estelar.

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Con una edad potencial de miles de millones de años —posiblemente 3 mil millones más antiguo que el propio sistema solar—, 3I/ATLAS es apenas el tercer objeto interestelar jamás registrado y representa una oportunidad única para estudiar las condiciones alrededor de otras estrellas antes de que abandone el sistema solar previsto para el próximo año.

(I)

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