El sueño juega un papel determinante en la salud física y mental; por ende, influye en la manera de pensar, de aprender de comportarse, de sentir y de tratar a otras personas, pero también en la salud cardíaca, metabólica, motora y cognitiva, por mencionar algunas; sin dejar de lado que, incluso, puede determinar la el aspecto físico de la persona.
El portal Diet Health señala que, según expertos, la mejor manera de atrasar el alzhéimer es teniendo un sueño reparador.
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¿Cómo se ve en el cuerpo la falta prolongada del sueño?
Una empresa británica de ropa de cama y colchones se asoció con la doctora Sophie Bostock para ilustrar cómo se puede ver el cuerpo de una persona que duerme solo seis horas diarias en un lapso de 25 años.
Antes de entrar en materia, es importante recordar que, según los expertos, lo más recomendable es dormir de siete a nueve horas por noche.
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Retomando el tema, producto del trabajo entre la doctora Bostock y los científicos nació “Hanna”, que, según la experta que se autodenomina como “una evangelista del sueño” es una ilustración que procura llamar a la reflexión acerca del impacto holístico que tiene que tiene el sueño en el mantenimiento de la salud en general. Así se ve, según el New York Post.
1. Piel flácida, bolsas en los ojos y boca caída
Los problemas de sueño pueden traer consigo signos visibles de envejecimiento en la piel, así como una función de barrera cutánea disminuida y menor satisfacción con la apariencia. No dormir lo suficiente o dormir mal puede también generar líneas de expresión, arrugas, ojos rojos e hinchados, bolsas debajo de los ojos, ojeras, así como caída en la comisura de la boca.
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2. Cabello
Estudios han demostrado que los trastornos del sueño conducen a la alopecia, y esta a su vez puede causar estrés por un sueño deficiente. La falta de sueño también puede traer cabello más graso.
3. Dolor de espalda y hombros
Este problema también puede traer dolores de espalda, que a su ves también dificultan un sueño reparador. Algo que puede producir una postura encorvada.
4. Estómago
Como no se duerme bien, también se puede acumular grasa al rededor de los órganos vitales de la zona abdominal, trayendo consigo enfermedades metabólicas y resistencia a la insulina. Disminuyen las hormonas encargadas de regular el hambre, por lo que el apetito incrementa. Al sentirse cansada, la persona hará menos ejercicio, lo que traerá un aumento de peso significativo al rededor del abdomen.
5. Atrofia muscular y pantobillos
Aunque parezca imposible, la pérdida continua de sueño puede traer un factor estresante catabólico, lo que puede causar una disfunción metabólica y pérdida de masa muscular. Esto trae atrofia muscular en los brazos y en las piernas e hinchazón en los tobillos.
(I)
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