Tiene 27 años, es ingeniera en Administración de Agronegocios y en el 2016 ganó el título y la corona del certamen Miss Ecuador. Hace siete años, Connie Jiménez Romero estaba involucrada de lleno en los reinados, pasarelas y voluntariado. Ahora su agenda tiene otras prioridades. Su amada ciudad de Ventanas sigue siendo su hogar permanente, sin embargo, su campo de acción creció y el constante trabajo que ha desarrollado a favor de su provincia la acercaron a su cargo actual como gobernadora de Los Ríos.

“No me imaginaba, entonces, estar donde ahora estoy, pero para mí ganar el Miss Ecuador fue una puerta hacia lo que realmente me apasiona: el servicio social. Después del reinado y gracias al certamen abrí mi fundación (Creciendo) y eso me llevó hacia la política, que es una palabra medio cliché para los ecuatorianos que suelen tenerla en mal concepto, pero realmente es ayuda”, dice la exasambleísta alterna.

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En julio de este año, Connie fue víctima de un atentado. Luego de operativo de control en Ventanas, para verificar que se cumpliera el toque de queda, se dirigió a su vivienda hasta donde llegaron cuatro hombres desconocidos, a bordo de una moto, y dispararon contra el inmueble. El ataque armado quedó registrado en las cámaras de seguridad.

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¿Por qué cree que se originó este atentado en su contra?

Yo he seguido continuamente realizando el trabajo con la Policía Nacional y Fuerzas Armadas en el eje de seguridad, que es nuestro primer eje de trabajo como Gobernación de Los Ríos. La provincia está en un estado de excepción que se ha solicitado, con respecto a los índices de crimen que tenemos en la provincia y que enmarca un toque de queda. Nosotros hemos realizado operativos en la noche, que empieza a las 22:00. Ese domingo hacíamos un operativo y encontramos un lugar con música en alto volumen. Normalmente lo que hacemos con la policía en esos casos es proceder a la clausura de locales, que es la competencia de la Gobernación, a través de la Intendencia y los comisarios, y cuando nos acercamos, la policía encuentra municiones. En ese momento, Policía Nacional y militares toman control de todo el operativo. Yo en ese momento salgo del operativo, avancé a mi casa, mi equipo a sus respectivos hogares, y 15 minutos después llegan cuatro personas en moto y generan estas detonaciones hacia mi casa. Esa fue la secuencia de hechos.

Luego la policía reportó que en ese operativo encontraron municiones, armas, motos y también se hicieron allanamientos y encontraron también droga.

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Este incidente se suma a la ola de violencia que vive el país y que ya ha cobrado vidas de otros funcionarios públicos, ¿teme por la suya?

El servicio público, honesto y frontal, no puede ser sentencia de muerte. Yo primero confío en Dios, mi vida y la vida de mi familia; y segundo, en el trabajo que estamos realizando. Por supuesto sé a lo que nos exponemos a diario y aquí no me refiero como gobernadora si no como ciudadana, nos exponemos a diario a todo esto que está sucediendo, pero necesitamos frontalidad en el trabajo, necesitamos liderazgo y yo eso es lo que he hecho al generar este acompañamiento a nuestras autoridades, porque cada uno tenemos nuestras competencias y tenemos que trabajar en equipo. La bandera de la lucha contra la inseguridad no es una bandera política, hoy en día ni siquiera la bandera de un cantón o una ciudad, es la bandera de todo el país, y nos llama a todos.

Que si tengo temor, por supuesto, como todo ser humano y sobre todo en esos momentos sentí mucho temor por mis padres, por mi familia, pero yo creo que también hay mucho coraje en mí, en todos los ciudadanos acerca de lo que estamos viviendo y creo que hay que aprovechar esta plataforma que tenemos de trabajo para seguir haciendo las cosas bien.

¿Esta situación le ha hecho replantearse su trabajo como gobernadora?

No, en ningún momento. Creo que cuando uno afronta este tipo de riesgos y más que todo en estos tiempos porque el Ecuador ha pasado por varias pandemias, en su momento fue el COVID, ahora es la inseguridad y en estos momentos de riesgo, de lucha, es cuando necesitamos líderes que con frontalidad estén luchando por nuestro país. Dios me ha dado la oportunidad, el presidente me ha dado la oportunidad y creo que se debe seguir haciendo eso. Yo no he hecho nada malo, al contrario, he trabajado por mi gente, pero hay que seguir entregando la milla extra hasta el último día.

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Al estar expuesta por su función, ¿ha pensado con sus padres en mudarse de casa o de ciudad?

No, yo soy de Ventanas, mi familia está aquí y por eso justamente estoy luchando por el futuro para toda mi familia, para toda mi provincia y para todo mi país. Lo que sí hemos pensado y trabajado desde ya es reforzar las medidas de seguridad, el tema de las agendas variarlas un poco más y seguir las indicaciones de la Policía Nacional. De todas formas puse una denuncia en la Fiscalía al día siguiente de ese atentado.

Antes de ese operativo, ¿había recibido alguna amenaza o atentado?

Sí había recibido amenazas vía telefónica, pero también una por redes sociales. También había puesto una denuncia a la Fiscalía y ahora también puse otra por el atentado.

¿Esta experiencia ha cambiado sus planes personales y laborales?

No, pero obviamente sí son situaciones que te marcan y te hacen agradecer mucho más a Dios por la vida de tu familia, de tus seres queridos. Gracias a Dios por la oportunidad de seguir aquí en este mundo y de seguir luchando. Esto a uno lo llena de coraje para seguir luchando por lo que cree.

¿Ha pensado qué pasaría con su familia en el caso de no salir bien librada de un nuevo atentado?

Bueno, mi familia es mi todo y mi mayor fortaleza, así que te imaginarás lo importante y lo duro que es vivir al menos la posibilidad de que ellos sean tocados, heridos o lastimados. Obviamente uno siempre piensa en el riesgo, pero decido tener fe, tener fortaleza, decido saber que estamos protegidos por Dios y por supuesto confiando en la protección y acompañamiento de la Policía Nacional.

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Su vida política

Al término de su gestión como Miss Ecuador, Connie enfocó su atención al desarrollo de un proyecto de mujeres rurales para exportar sus productos. “Mi primer trabajo fue en Comercio Exterior, empecé ahí con un exministro. Aprendí muchísimo, trabajé con ProEcuador. Eso fue en el 2017, con el ministro de Comercio Exterior de entonces, Pablo Campana. Con él empecé a trabajar. Yo ya tenía una relación con este ministerio porque cuando fue Miss Ecuador ellos me ayudaron para llevar rosas, sombreros”, menciona.

Fue analista de exportaciones, luego analista de importaciones y asesora. También fue candidata a la Aalcaldía de Ventanas, en el 2028-2019. “Esa fue una realidad que me ayudó a ir delimitando mis líneas de trabajo porque ahí empecé a recorrer más los sectores y barrios de nuestros cantones. Después estuve en la Asamblea Nacional como coordinadora de relaciones internacionales y en Participación Ciudadana”, refiere.

Después de trabajar en la Asamblea comenzó a trabajar en el Ministerio de Gobierno. “Ahí conocí personalmente al presidente y decidió darnos la oportunidad de trabajar en la provincia de Los Ríos, que tiene dos grandes problemas: la inseguridad y el posible fenómeno de El Niño que vamos a enfrentar desde este año. Hoy no necesitamos gente que esté en los escritorios u oficinas, necesitamos gente que esté con los ciudadanos dando respuestas”, señala Connie que este mes cumplió un año como gobernadora.

¿Después del reinado se sintió etiquetada de alguna forma?

Lo que más me decían es que era demasiado joven. A mí, desde muy pequeña me han enseñado, incluso la Biblia lo dice que no podemos tomar por menos a la juventud, que hay un gran potencial. Yo estaba por terminar mi maestría, era ingeniera agrónoma, pero en nuestro país sigue siendo algo difícil de lograr, entender que necesitamos también a jóvenes relacionados en este accionar político. Y lo segundo, obviamente me decían: la reinita, otros candidatos. Intentaban atacar diciéndome así, pero yo les explicaba que haber sido reina me hacía sentir orgullosa, al representar a mi cantón, a mi provincia y a mi país. Fue la primera corona para Ventanas.

Y al decir que también soy una mujer que le gusta verse linda y maquillarse, como todas las mujeres, no me hace menos inteligente, fuerte o capaz.

¿Por qué cree que existe el estigma que si una mujer es inteligente no puede ser guapa o viceversa?

Bueno, aún hay mucho machismo en nuestro país, es una realidad que duele, pero es una realidad y muchas veces es impulsado por actores políticos o por líderes, pero eso es un trabajo que nosotras como mujeres desde ya estamos empezando a tirar abajo, al ganar más espacios, más notoriedad, más representación de las mujeres como tal. Ventanas me ha demostrado ese respaldo total.


Mi novio fue el primero que vio el decreto en el que se me designaba la Gobernación de forma oficial. Oramos, dimos gracias a Dios con mi familia, porque es Él quien siempre nos ha guiado, Dios es mi mayor estratega y quien ha hecho que llegue hasta aquí y a dónde sea que vaya a llegar el día de mañana

Connie Jiménez.

¿Se visualiza como presidenta del Ecuador?

Creo que es un sueño de una plataforma gigantesca que realmente podría llegar a permitirme que todos mis sueños se hagan realidad en cuanto al trabajo con las mujeres en lo agrícola. No es algo que específicamente lo desee como tal, pero que sí Dios me ponga en estas plataformas que permitan cumplir estos sueños y no necesariamente una presidencia. Por ejemplo, el Ministerio de Inclusión Económica siempre me ha parecido que es un lugar espectacular para llegar a mucha gente que necesita de herramientas y programas. Todo a su tiempo.

Su familia, su pilar

Entre sus constantes viajes a Quito, Guayaquil y la provincia de Los Ríos, la mayor de tres hermanas es una mujer de fe constante, que entrega sus proyectos a Dios, y que desde la infancia se ha preparado para un futuro exitoso, afirma. “Tenía que estar constantemente aprendiendo algo, porque cuando uno tiene tiempo libre no necesariamente trae cosas positivas, así que yo hasta los fines de semana estaba en cursos. Me metían en cursos de Excel, Word, música, todo lo que a mis padres se les ocurría, me inscribían. Eso me ayudó a ser una mujer disciplinada y organizada, desde muy pequeña”, cuenta. A los 16 años, ella viajó para continuar sus estudios en la Universidad Zamorano, en Honduras. “Esto me permitió vivir fuera del país manteniendo mis raíces y valores”.