Hace un mes nos deseábamos feliz Año Nuevo. Hacíamos votos porque el 2021 sea venturoso, de mucho bienestar y paz. El cambio de calendario produce la ilusión de un futuro mejor y se renueva la esperanza. Ya está por terminar el primer mes del 2021 y vemos que esas palabras que todos nos dijimos fueron una quimera.

El presente año, en general, luce bastante similar al anterior. El coronavirus sigue reinando. Cada día los ciudadanos nos enteramos de un escándalo, de una corrupción más miserable que la otra o de que alguien falleció. La muerte siempre ha sido parte de la vida, cierto es; pero en estos tiempos está infinitamente más presente.

El año pasado hubo muchos muertos por esta causa y en el presente año el panorama no se ve distinto".

Me conmovió de manera honda un texto de la escritora Aminta Buenaño, sobre el reciente fallecimiento de su esposo, el doctor Roberto Echeverría. Se trata de un lúcido, dolido y profundo relato, mediante el cual le rinde homenaje a él y nos retrata a este hombre que fue su compañero de vida. A la par, es una alerta para todos: nadie está totalmente a salvo del covid por más cuidados que tenga. Una gran verdad dicha por Aminta.

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El año pasado hubo muchos muertos por esta causa y en el presente año el panorama no se ve distinto. Parecería que estamos en una especie de círculo sin salida. Hace poco falleció también el escritor Guido Jalil, quien en la década de los 90 hizo su debut en el ambiente literario al ganar la Bienal de Novela Ecuatoriana con su magnífica obra El triestino James Joyce Francescoli. Desarrolló una trayectoria que incluyó la publicación de varios libros.

Mientras escribía esta columna, me enteré del fallecimiento del maestro Enrique Tábara, por causas naturales. Tenía 91 años. Tábara es un verdadero referente del arte ecuatoriano, con una obra siempre vanguardista. Supo desde pequeño que su camino era el arte y transitó esa senda con curiosidad, con pasión, con fidelidad a sí mismo. Con estudio e investigación, sobre todo.

Así va el 2021. Tiempos de incertidumbre. Tiempos frágiles. (O)