Ella pertenece a una generación dorada. A finales de la década de los 80, y cuando su carrera comenzaba a despegar, Naomi Campbell fue parte de un momento histórico donde las mujeres cuyo trabajo era caminar sobre una pasarela de repente alcanzaron un nuevo estatus social y mediático equivalente, entre otras cosas, a volverse una celebridad. Las personas empezaron a mirar más allá de las prendas o el diseñador que lucían para comenzar a verlas directamente a ellas. Había nacido la supermodelo.

Entre 1987 y 1989 se convirtió en la primera modelo negra en aparecer en la portada de Vogue Reino Unido, Vogue Francia y Vogue Estados Unidos, y junto con la norteamericana Christy Turlington y la canadiense Linda Evangelista fueron conocidas como la Trinidad del mundo del modelaje (aunque también se contaba entre las supermodelos de la época a Cindy Crawford, Claudia Schiffer y Stephanie Seymour).

Naomi, Christy Turlington y Linda Evangelista se apoderaron de las portadas de los noventa.

“Creo que la prensa encontró un nombre para etiquetarnos”, recordó Campbell para un artículo de Vanity Fair. “Y no fue de nuestro agrado. Pero fui tan bendecida de haber sido parte de esa era con mujeres tan increíbles. Fue muy divertido. Queríamos hacer cosas juntas. Queríamos pasar el rato juntas. Y nos protegimos unas a otras. Mis chicas me defendieron ante tantos diseñadores que no querían usar modelos negras. Decían: 'Si no pones a Naomi, tampoco haremos la pasarela'".

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Pero alguien que sí acogió bajo sus alas a Campbell fue el fallecido diseñador italiano Gianni Versace, quien en 1991 las juntó para abrir su pasarela en Milán. De acuerdo con Vanity Fair, Versace fue el diseñador que llevó el concepto más lejos; superó la oferta de la competencia para asegurarse de obtener todas las estrellas más importantes para sus shows y ​​en ese proceso infló sus tarifas de $ 10.000 a $ 50.000 por una aparición de media hora.

Todo lo anterior puede sonar a glorias pasadas, pero lo cierto es que Campbell, al igual que sus amigas, continúa recordándonos que el estilo de una supermodelo es para siempre. Sus redes sociales, especialmente Instagram, continúan explotando con sesiones de fotos, rutinas de ejercicios y selfis que recuerdan su belleza perpetua. ¡Esos pómulos!

Este año, Naomi recibió una nueva tarea tras ser nombrada Embajadora Internacional de Turismo de Kenia, país del África del Este donde se encontraba de vacaciones.

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En un comunicado oficial, el Ministerio de Turismo de ese país explicó que la modelo de 50 años ayudará a promover la comercialización de la nación como un destino turístico y de viaje ideal para el mundo. “Damos la bienvenida a la emocionante noticia de que Naomi Campbell abogará por el turismo y los viajes internacionales para la marca Magical Kenya”, comentó Najib Balala, secretario de gabinete del ministerio.

Además, se aclaró que Campbell no cobrará al Gobierno de Kenia por esta promoción. “Si le pagáramos a Naomi, eliminaría una buena parte de nuestro presupuesto de marketing de destinos. Aquellos que piensan que pagamos millones para conseguirla... puedo asegurar que no pagamos nada y todo esto es una buena voluntad personal”, agregó Balala.

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Victoria's Secret Fashion 2005 en el Lexington Armory de Nueva York.

Cicatrices de la fama

Aunque sobresaliente, la carrera de Naomi no ha podido escapar de la polémica en varias ocasiones desde que fue descubierta a los 15 años por la reclutadora de modelos, Beth Boldt, mientras caminaba por el Covent Garden de Londres.

En 1993 fue despedida por la agencia Elite tras ser calificada como “manipuladora, intrigante, grosera e imposible”, y además acusada de maltratar a los colaboradores.

Años más tarde, la modelo confesaría en una entrevista con Diana Sawyer que fue en esa misma época cuando probó cocaína por primera vez. “Me estaba divirtiendo. Estaba viviendo esa vida de viajar por el mundo y que la gente te diera todo lo que pides. El pequeño brillo en tu rostro se va. Y también pierdes peso. Aunque no es por eso que lo hice, porque me encanta comer, pero es una droga muy desagradable”, reveló.

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Versace la convocó en 2018 junto a Carla Bruni, Claudia Schiffer, Cindy Crawford y Helena Christensen.

En 1998 fue acusada formalmente de agredir físicamente con un teléfono a su asistente Georgina Galanis, cargo por el cual aceptó su responsabilidad. Más tarde, en 2006, cuatro de sus empleados presentaron una denuncia similar y también fue arrestada en 2008 por discutir sobre su equipaje antes de abordar un vuelo de British Airways.

Los escándalos hicieron que permaneciera ajena a las entrevistas durante varios años, aunque sí concedió una recientemente a The Guardian. “No tengo miedo de tener 50 años. Espero con ansias un buen baile y quiero bailar toda la noche, rodeada de personas que amo y que han estado conmigo en las buenas y en las malas”, dijo para este periódico. “No estoy orgullosa de algunas cosas que hice, pero no seré prisionera del pasado”.