Por razones personales decidí ayudar económicamente desde hace 5 años a una persona de bajos recursos con dos hijos pequeños. Esta persona tiene la peculiaridad de que no presenta recibos de lo que compra cuando se le proporciona dinero, al menos para saber en qué lo invirtió, y de ser cuestionada, muestra resentimiento. Yo no soy adinerada y por lo tanto soy cuidadosa con mi dinero, y de encontrarme en su situación, no esperaría que me lo pidan, daría una cuenta exacta de en qué he usado el dinero, porque considero es lo correcto.
Le alquilé un cuarto, haciendo trato directo con la propietaria. Yo guardaba una copia de la llave, pero nunca la visité sin aviso previo. Un par de años después, ella decidió mudarse a otro lugar, cuya dirección desconozco. Nunca he visto un recibo por la cantidad que pagó. Al manifestar mi intención de visitar el apartamento para al menos conocerlo, se negó, y dijo que si esa era mi condición para seguir pagándole el apartamento, entonces que mejor no se lo pague.
¿Fue demasiado pedir? Naturalmente, he decidido parar toda clase de ayuda a esta persona, pues me parece un abuso y mal agradecimiento de su parte. Me gustaría conocer su opinión. Gracias de antemano.

Desilusionada,
Guayaquil

Antes que nada, me gustaría reconocer la ayuda que usted ha prestado a una persona de bajos recursos con sus hijos pequeños. Es muy admirable que alguien se preocupe del bienestar de otra persona, sobre todo en las situaciones actuales, desfavorables para todos.

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La desilusión que presenta básicamente surge a raíz del incumplimiento de las expectativas que tiene respecto a la ayuda proporcionada. En esto se involucran sus valores, creencias y pensamientos, así como también los sentimientos y emociones que llevaron a tomar esta decisión de compartir sus recursos personales con alguien más.

Recordemos que cuando tomamos una decisión, estos factores que he mencionado son importantes para llevarlas a cabo, por lo tanto, es de vital importancia establecer acuerdos o comunicar de manera asertiva aquello que deseamos de la otra persona, de tal manera que se aclara toda conducta relacionada a la retribución.

Si bien es cierto que este evento genera una desilusión en usted, lo importante de todo esto es evitar caer en el error de pensar una y otra vez en el actuar de esta persona, ya que a medida que lo hace, lo único que podría encontrar son mayores razones negativas que refuercen el malestar que le produce.

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A través de la psicología cognitiva se trata de identificar las distorsiones del pensamiento, y de esta manera reestructurarlo a una forma más adaptativa o aceptable, para lo cual puede tomar en cuenta las siguientes recomendaciones:

  • Tener en cuenta, si se repitiera este evento, qué podría hacer diferente.
  • Comprender los beneficios de prestar ayuda incondicionalmente, tanto para usted como para otras personas.
  • Considerar de qué forma su ayuda generó un cambio en aquellas personas, principalmente en los niños.
  • En caso de tener algún acercamiento con ella, poder comunicar asertivamente cómo le afectó esta situación a nivel personal.

Si el malestar persiste y empieza a generar incapacidad en cualquier esfera, ya sea personal, familiar, laboral y/o social, llegando a modificar el comportamiento o actitud de usted hacia lo hostil, le sugiero contactar a un profesional en salud mental para recibir orientación psicológica.

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Psic. Dennis Guzmán Villavicencio,
especialista en psicoterapia.
Telf.: 099 569 7130
Email: psicoterapiaanima365@gmail.com