¿Quién no ha estado alguna vez en la casa de alguien que tiene las habitaciones repletas de cosas, documentos apilados por todas partes y a veces hasta sitios llenos de residuos? Quienes sufren del síndrome de acaparador compulsivo no son capaces de tener bajo control la situación en su propia casa. "No es lo mismo que cuando alguien es desordenado o cuando una familia con tres hijos llega al límite y todo se desordena", dice Veronika Schröter, que fundó un centro vinculado a esta patología en la ciudad alemana de Stuttgart.