Toda persona, si vive lo suficiente, experimentará en su vida al menos una enfermedad ocular que motive una visita al médico especialista. Mientras que algunas enfermedades oculares causan deficiencia visual, otras no, aunque pueden causar dificultades personales y financieras. Aproximadamente 1.300 millones de personas en el mundo viven con alguna forma de deficiencia visual; la mayoría tiene más de 50 años de edad.

Este criterio, basado en la posibilidad de llegar o no a la deficiencia visual, es una de las maneras de clasificar las enfermedades oculares. En el primer grupo están la degeneración macular senil, opacidad corneal, retinopatía diabética, glaucoma, tracoma, error de refracción y las cataratas.

Pero no se debe subestimar la importancia de las enfermedades oculares que en general no ocasionan pérdida. No solo pueden ser molestas y dolorosas, sino que de no recibir la atención médica adecuada pueden terminar en una deficiencia visual.

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Por ejemplo, la conjuntivitis, que suele ser benigna y de resolución espontánea, es el motivo más frecuente de consulta, como consta en el Informe mundial sobre la visión 2020, de la Organización Mundial de la Salud. Una forma de conjuntivitis causada por una infección gonocócica puede ocasionar deficiencia visual si las bacterias penetran en la córnea, porque pueden causar ulceración y cicatrización corneal.

La Academia Americana de Oftalmología (AAO) recomienda que todos los adultos sanos tengan un examen visual completo para cuando cumplan 40 años, como prevención. Aún si usted no siente molestias, algunas afecciones oftalmológicas son silenciosas. Esto es cierto en el caso de la degeneración macular relacionada con la edad, el melanoma ocular o el glaucoma.

Un cambio de hábitos para preservar la salud visual

El estilo de vida y algunas decisiones de la salud, en general, pueden afectar su visión. Puede que no lo relacione, pero el oftalmólogo puede darle indicaciones personalizadas sobre la alimentación, el ejercicio y la protección de factores de riesgo como la luz de los rayos UV y el cigarrillo, pues este empeora las cataratas y la degeneración macular.

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  • Los suplementos dietéticos pueden tener efectos positivos y negativos para la salud ocular. Consulte con un oftalmólogo antes de agregar nuevos suplementos o vitaminas a su rutina para entender los riesgos y beneficios potenciales.
  • Las infecciones oculares pueden complicarse. Si cree que tiene una o sufre de infecciones frecuentes, busque atención de emergencia de un oftalmólogo.
  • Asimismo, vaya a urgencias inmediatamente después de una lesión ocular. No se conforme con atenderse en casa. Sea que haya sido golpeado en la cara con un balón o salpicado por un espray durante la limpieza, el oftalmólogo puede descartar y tratar potenciales daños graves.
  • Si tiene diabetes, la revisión ocular es periódica. Los altos niveles de azúcar en la sangre pueden dañar los vasos sanguíneos del ojo y causar pérdida de visión. Su nivel de azúcar en sangre debe estar controlado.
  • Durante el embarazo es posible tener cambios en la visión, como el ojo seco. Algunas mujeres desarrollan diabetes o hipertensión en el embarazo.
  • ¿Está pensando en Lasik u otra cirugía refractiva? Antes de separar su cita, un oftalmólogo puede confirmarle si usted es un buen candidato para el procedimiento que está por elegir.
  • Si usted está considerando hacerse un levantamiento de cejas o cirugía estética en la nariz, consulte primero con su oftalmólogo, para saber si es la decisión correcta o hay que tomar alguna precaución. Y si la cirugía que desea está relacionada con cejas, párpados u órbitas, busque un especialista en oculoplastia. Los huesos que rodean los ojos requieren un manejo sensible.
  • Si usa productos cosméticos como el suero para el crecimiento de pestañas o líquido para lentes de contacto, el oftalmólogo puede darle la prescripción médica, sopesando los factores de riesgo que usted tiene.
  • Consulte también con este experto antes de comprar gafas para el bloqueo de la luz azul. “Muchos se preocupan de que ahora permanecemos delante de las pantallas de las computadoras más tiempo que nunca", dice el doctor Rahul Khurana, vocero de la AAO. “Pero no hay evidencia de que pueda estar causando algún daño irreversible".

Para explicar mejor este punto: la AAO no recomienda ningún tipo de protección ocular especial para trabajar en la computadora y explica que no hay datos que sugieran que la radiación que proviene de los monitores afecte los ojos. El problema, afirma, está en la manera en que utilizamos las pantallas. Permanecer largas horas frente a ellas causa fatiga ocular y disminuye el parpadeo, lo que puede causar ojo seco.

¿Sus sugerencias para los que trabajan todo el día frente a la computadora? Deje entre usted y el monitor suficiente distancia, la longitud del brazo. Incline la pantalla de manera que los ojos se dirijan hacia abajo. Reduzca el brillo y use un filtro de pantalla mate, si es posible.

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Descanse siguiendo la regla de 20-20-20: cada 20 minutos, fije sus ojos en algún objeto que se encuentre al menos a 20 pies de distancia y obsérvelo durante al menos 20 segundos. Utilice lágrimas artificiales para refrescar los ojos si los siente secos. Gradúe la luz del lugar donde trabaja e intente aumentar el contraste de su pantalla para reducir la fatiga ocular. Si usa lentes de contacto, tome un descanso usando a veces las gafas. (I)