Después de meses de confinamiento, aunque en algunos lugares del mundo se permite salir con menos restricciones, hay quienes lo evitan o lo hacen con mucho temor, y no únicamente por el coronavirus.

La psicóloga y coach María Fornet relata a La Vanguardia que en las últimas consultas que ha tenido, aumentaron las inquietudes de sus pacientes sobre el regreso a la normalidad y por ello ha creado un programa de rediseño vital al que ha denominado Faro.

“Estas semanas han puesto luz en todo aquello que no funciona en nuestras vidas. En muchas ocasiones, ha sido la primera vez que hemos parado y tomado perspectiva, conectado con lo que verdaderamente nos hace felices e infelices. Eso es información valiosísima”, asegura.

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"Hemos perdido libertades elementales en esta pandemia y necesitamos recordar que las decisiones últimas sobre nuestros sueños, nuestras aspiraciones y ambiciones siguen dependiendo de nosotros. No le dejes tu futuro a nadie, porque solo a ti pertenece”, añade.

Estas son algunas estrategias y reflexiones de Fornet para afrontar este cambio de etapa con más conciencia:

1. No seremos los mismos que antes

Aunque volvamos a la normalidad, no volveremos a ser los mismo que antes. Así como las enfermedades nos cambian físicamente, las crisis también lo hacen en nuestro interior.

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"Muchas personas se han dado cuenta que antes del confinamiento llevaban una vida tan acelerada que no les permitía disfrutar de lo esencial. Yo misma he tomado conciencia de que, si bien echo de menos a mi gente y que teletrabajar con niños alrededor está muy lejos de ser lo ideal, también voy a echar de menos esta quietud, el dejar de correr de un lado para otro, el exceso de encuentros, de prisas, de estímulos externos. ¿Por qué no construir nuestra nueva normalidad partiendo de todos estos aprendizajes?".

2. Necesitamos de los otros

Debemos tomar decisiones más conscientes, tomando en cuenta que no estamos solos y que somos seres interdependientes. Lo que yo hago también impacta al de al lado y eso debe considerarse.

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"Mucho de lo que sucede a nuestro alrededor nos sobrepasa, y quizá esa ha sido otra de las grandes lecciones de la Covid-19, pero seguimos siendo capaces de hacer mucho en nuestro pequeño rincón del mundo, en nuestra esfera de influencia. Y si lo hacemos todos, entre todos, será suficiente. Si aportamos nuestra perspectiva y sensibilidad a la situación y utilizamos nuestras voces y nuestros votos podemos provocar cambios".

3. Disfrutar de lo más simple

Sin poder acceder a lo que teníamos antes, el confinamiento nos ha obligado a prestar más atención a lo que tenemos alrededor y a darnos cuenta que con poco también podemos disfrutar mucho.

"Con el paso de las semanas muchas personas han hecho un viaje de vuelta hacia lo más esencial. Dejar de gastar en cafés, en cervezas con amigos, en comidas rápidas para volver al trabajo, en ropa, en caprichos innecesarios, hasta en peluquería, nos ha hecho conscientes de lo poco que necesitamos para ser felices".

"Esto no significa que no volvamos a disfrutar de las cosas de antes, pero tenemos delante la oportunidad de no perder esta nueva mirada más apreciativa y agradecida hacia los pequeños detalles que conforman una vida".

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4. Desacelerar nuestra vida

El estrés ya era un tema por el cual preocuparnos incluso antes de la pandemia, por la acelerada vida que llevábamos. "Ahora que el foco ha cambiado, ahora que hemos experimentado a la fuerza cómo se vive sin correr (aunque nos hayamos visto expuestos a otra clase de ansiedades), vale la pena replantearse si lo que queremos es volver a lo de antes".

5. Menos planificación

Muchos planes y eventos se vinieron abajo debido al coronavirus, demostrándonos que nada es seguro. "El parón nos ha hecho darnos cuenta de que, al fin y al cabo, los planes solo son cosas escritas en una agenda. Uno de mis propósitos para la nueva normalidad es improvisar más. La vida sucede y no la controlamos. Y esa incertidumbre también deja un espacio muy amplio para vivir completamente abiertos a las posibilidades del momento presente".

6. Ser más empáticos

Luego de pasar meses sin ver a amigos y familia, quizás los hemos aprendido a valorar un poco más y eso nos impulse a ser más empáticos. "El confinamiento ha democratizado la sensación de soledad. Quedan pocas personas en este mundo que no sepan lo que significa sentirse aislado, ansioso, inseguro, en peligro. Y como no podemos desandar el camino andado ni borrar lo vivido, quiero creer que todas estas experiencias podrían volvernos más sensibles al dolor ajeno y aumentar nuestra compasión hacia los demás. Ojalá sigamos así mucho tiempo".

7. Disfrutar más del proceso que del resultado

Durante la cuarentena muchos se plantearon objetivos como leer más, ejercitar más, dormir mejor, todo con el propósito de hallar una mejor versión de nosotros mismos, sin embargo, no siempre esto es sano.

"Tanta energía puesta en el “hacer” parece en estos momentos un tanto fuera de lugar. Querer ser felices y estar sanos es lo normal, pero una buena propuesta para nuestra nueva vida post covid-19 podría pasar por pensar más en términos de intención que de objetivos. Más en términos de ser que de hacer. Esto no significa que abandonemos nuestros sueños o dejemos de practicar ejercicio, pero durante el confinamiento muchas personas se han dado cuenta de que quizá es más importante disfrutar de cada uno de los pasos del proceso que del resultado concreto de una acción".

8. Ser más agradecido

Fácilmente se nos olvida el valor de muchas cosas. Fornet propone que, antes de salir por completo de confinamiento, hagamos una lista de todo eso por lo que sentimos nostalgia y que quizás antes no apreciamos. Los abrazos, visitar a los abuelos, un concierto, un paseo en familia, las vacaciones, etc.

"Los seres humanos nos vemos expuestos todo el tiempo a lo que los psicólogos llaman ”adaptación hedónica”. Esto hace que, por mucho que una situación nos parezca maravillosa (una nueva relación, un cambio de trabajo, que te toque la lotería) nos acostumbramos a ella muy deprisa y muy pronto dejamos de disfrutarla de la misma manera". (I)