Ahorrar electricidad es importante para muchos hogares, además de aportar al medio ambiente, reduciendo el consumo, también colabora a la economía familiar, pero dar con los hábitos que nos permitirán ahorrar energía en casa no siempre es fácil, especialmente cuando se tiene una rutina establecida, es por eso que en este artículo te traemos 10 hábitos que podrían servirte si tu intención es mejorar dicha rutina para consumir menos electricidad.

La clave para ver reflejado ese ahorro en tus facturas es la constancia, puedes empezar por los más sencillos, he ir adaptando de a poco, los que infieran más en tus actividades cotidianas.

1. Aprovecha la luz natural

Podría decirse que esta es una de las formas de ahorrar energía más sencillas, dado que consiste en remplazar en lo posible la luz eléctrica por la natural, ventanas, traga luces y espacios abiertos colaboran a que ingrese mejor la luz solar a los hogares.

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2. Apaga luces

Existen situaciones y espacios que requieren encender las luces, la noche o las habitaciones sin iluminación, lo importante en ambos casos es recordar apagarlas cuando ya no estés en esta estancia de la vivienda.

Aunque tengas luces LED y consuman muy poco, si siempre las dejas encendidas durante horas acabarás pagando de más en tu factura de la luz sin necesidad.

3. Dale solo la carga necesaria a tus aparatos

Los celulares, tablets y computadoras requieren carga eléctrica pero en ocasiones no estimamos el tiempo adecuado, darle carga extra a los aparatos no ayudará, por el contrario afectará a sobrecargarlos y averiar el estado de las baterías.

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4. Tapa las sartenes y ollas al cocinar

Este hábito aplica para quienes tienen cocinas eléctricas y puede parecer algo muy sencillo, pero gran parte del calor que se genera al cocinar se escapa si no utilizamos una tapa. No solo tardarás más en calentar la sartén o poner a hervir el agua, sino que además consumirás más energía.

5. Aprovecha el calor residual del horno y vitro

Tanto el horno como vitrocerámica no pierden el calor de forma inmediata cuando los apagas. Y puedes aprovechar ese calor residual para terminar de hacer lo que estás cocinando.

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Si estás asando un pollo en el horno, apágalo 5 o 10 minutos antes y deja que termine de dorarse con el calor residual del horno.

Algo similar funciona con las planchas y el calor residual que han almacenado en el tiempo que estuvieron conectadas.

6. Desconecta los aparatos que no uses

Este es uno de los factores de consumo más usuales, por invisible que parezca, los dispositivos que se mantienen conectados y en desuso, pueden extraer más electricidad de la que se pensaría.

En estos casos el aparato, aunque apagado, sigue consumiendo. Algunos ejemplos pueden ser: ordenadores, calefactores, televisión, cepillo eléctrico, etc.

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Una solución a esto, son las regletas que permiten desconectar estos aparatos de una forma rápida. Así podrás desconectar varios aparatos de usa sola vez. Otra opción son los enchufes inteligentes que conectan y desconectan completamente los aparatos sin desenchufarlos e incluso son programables (aunque también son más caros que las tradicionales regletas).

7. Revisa tus electrodomésticos

Al averiarse, muchos electrodomesticos pueden llegar a extraer energía de manera desbordado, razón por la que es necesario realizar al menos, un mantenimiento anual.

Por ejemplo, consulta el estado del serpentín de la nevera, mantén limpios los filtros del aire acondicionado cada cierto tiempo, o retira el exceso de polvo de las aspas de los ventiladores para un correcto funcionamiento. Además conseguirás alargar la vida útil de estos aparatos.

8. Plancha la ropa de una sola vez

La plancha es uno de esos electrodomésticos que consumen más de lo que crees. Necesita una gran cantidad de energía para alcanzar temperaturas tan altas. Por eso es un gran hábito de ahorro centrarnos en planchar toda la ropa que tengamos de una sola vez.

Para hacerlo de la forma más eficiente, empieza por planchar los tejidos que necesiten menos temperatura y continua con aquellos que necesiten más temperatura. Apaga la plancha y acaba de planchar esas pocas prendas que te queden, el calor que todavía tiene la plancha te puede servir para acabar con esta tarea doméstica.

9. Evita mantener abiertos congelador y nevera

Abrir la nevera constantemente, puede ser un hábito que consume energía injustificada. El frío que genera tu nevera se pierde rápidamente cuando haces esto. Por eso un pequeño consejo para reducir tu consumo de energía en casa es adoptar este hábito: piensa primero y después abre tu nevera. Fácil, ¿verdad?

10. Mantén la temperatura adecuada en tu hogar

Este sería uno de los hábitos más complejos, tomando en cuenta lo variado que puede ser el clima, dependiendo del lugar de residencia, pero lo ideal sería no mantener los aires acondicionados o ventiladores, encendidos por largas jornadas.

Podría recomendarse prenderlos durante un tiempo y una vez fresco el ambiente, apagarlos. (I)