Según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), la horticultura es fuente de minerales esenciales, fibra y vitaminas, de plantas con propiedades medicinales, de comercio justo y de empleo; es una contribución al ambiente y a la estética general, y un uso eficiente de recursos. Pero también beneficia un espacio y le añade valor al hacerlo placentero de ver, de visitar, y convertirlo en un punto de convergencia, una oportunidad de socializar.