La rosácea es una enfermedad cutánea facial crónica frecuente; Las características incluyen eritema, pápulas, pústulas, telangiectasias, enrojecimiento, cambios fitosos y manifestaciones oculares. El manejo incluye evitar desencadenantes, medidas para el cuidado de la piel y tratamientos que se enfocan en varias características, dice The New England Journal of Medicine.
El acné y la rosácea son dos patologías de la piel que se suelen caracterizar por la aparición de granitos en la cara, pero lo cierto es que existen diferencias entre ambas. En numerosas ocasiones resulta complicado distinguir si se trata de una o la otra. Por ello, el sitio especializado mejorconsalud explica qué debes saber para identificarlas.
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¿Cómo saber si es acné o rosácea?
Aunque el diagnóstico debe ser siempre realizado por un dermatólogo, hay ciertos detalles que pueden orientarnos para saber si se trata de acné o rosácea. En primer lugar, el tipo de lesión, ya que, si bien en ambos trastornos puede haber granos sobre el rostro, no son idénticos.
En las personas con acné las lesiones suelen extenderse por la espalda, los hombros e incluso el tórax. La rosácea sólo afecta a la zona de la nariz y las mejillas, por regla general. Además, en esta última patología se observa un color rojizo que es propio de la misma.
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Esto último es importante porque otro dato para distinguir si es acné o rosácea es el llamado flushing. Es un fenómeno que consiste en que la piel se enrojece con facilidad en ciertas situaciones, como los cambios de temperatura o el estrés. Tiene relación con la vasodilatación y sólo ocurre en la rosácea, mas no en el acné.
Otro aspecto fundamental a observar es quién padece la patología. La rosácea, como hemos mencionado, es más frecuente en mujeres mayores de 30 años, pero por otro lado, la mayoría de las consultas por acné se producen durante la pubertad o la juventud.
Acné o rosácea: más diferencias
A nivel sintomático también se producen diferencias entre ambas patologías. Por ejemplo, es importante destacar que el acné solo afecta a la piel, sin embargo, la rosácea puede producir síntomas oculares asociados.
Además, a la hora de imponer un tratamiento, es fundamental haber constatado si se trata de acné o rosácea con certeza. Los tratamientos que se utilizan para el acné moderado o grave son muy agresivos con la piel. En la rosácea, la piel del rostro está más sensible de lo normal y estos medicamentos están contraindicados.
El caso de referencia es el fármaco llamado isotretinoína. Este medicamentos está indicado para el acné, pero hace que la piel esté más seca e irritable. Solo se indica en la rosácea en pacientes en los que no ha funcionado ningún otro abordaje.
Del mismo modo, otros medicamentos indicados en la rosácea, como la ivermectina, no tienen ningún resultado en personas con acné. De cualquier manera, lo aconsejable es acudir al dermatólogo para que sea el especialista el que elija el tratamiento más adecuado.
¿En qué consiste el acné?
El acné es uno de los motivos de consulta más frecuentes en dermatología, constituyendo casi el 30 % de los acercamientos a la especialidad. Se trata de una patología que afecta al folículo piloso, que es la zona de la piel donde nace el pelo.
Lo que ocurre es que estos folículos se obstruyen con las células muertas de la propia piel y grasa. Esto hace que se desarrolle una reacción inflamatoria en la zona y que, además, el folículo se infecte. Por eso se dice que es una enfermedad multifactorial, ya que no puede atribuirse a un único factor ni tampoco se la trata con un abordaje que deje de lado sus múltiples orígenes, dice la médica Elisa Martin Cano, graduada en Medicina por la Universidad de Granada en el año 2019.
Otro aspecto importante en el desarrollo del acné son las hormonas. Según los estudios disponibles, un exceso de andrógenos estimula las glándulas sebáceas presentes en el folículo piloso. Esto hace que se agranden y produzcan más sebo, lo cual culmina con la obstrucción del folículo.
La lesión principal del acné son los comedones, que pueden ser abiertos o cerrados. Un comedón es una colección de pus bajo la piel, en relación a un folículo, en su zona cercana. Los cerrados son los típicos puntos negros, los cuales tienen este color por la reacción del oxígeno con la grasa del poro. Los abiertos son los que drenan su pus hacia fuera.
¿Cómo es la rosácea?
La rosácea es una patología en la que existen lesiones similares al acné, pero que se caracterizan por una dilatación de los vasos sanguíneos del rostro. Esto provoca edema, que es la acumulación del líquidos en las partes blandas, y enrojecimiento de la zona. Es el principal signo que nos ayuda a saber si es acné o rosácea.
Aunque puede ocurrir en cualquier persona, suele afectar más a mujeres de mediana edad. La piel se vuelve más sensible y caliente de lo normal. Además, esta enfermedad puede repercutir a nivel ocular, causando que los ojos estén secos e irritados.
Incluso, puede provocar un cambio en la forma de la nariz. Se denomina rinofima a este síntoma particular que sucede en base al engrosamiento que la piel sufre por todos los cambios de la patología. (I)