La convivencia puede ser algo difícil, más aún cuando entre la pareja no hay una comunicación clara y adecuada que permita resolver de forma idónea los conflictos que surgen.

Con el paso de los años, todos adoptamos posturas o actitudes tanto positivas como negativas, pero son precisamente estas últimas las que pueden ubicarnos en situaciones problemáticas. Una discusión es una lucha entre dos egos, sin embargo, existe una forma de solucionar los conflictos fructíferamente dejando de lado ciertas conductas negativas, según una publicación de Psychology Today.

Críticas

Si tu pareja es alguien que, por ejemplo, siempre olvida sacar la basura, al hacérselo notar es distinto si lo acusas de desaseado a que si le haces notar que actúa de forma olvidadiza. En el primer caso lo estás atacando a él como persona, mientras que en el segundo, su forma de actuar. Quejarse de algo a veces puede ser bueno, pues no todo es de color rosa, el problema es cuando la queja se convierte en una crítica constante. Generalizar, especialmente, es un problema: "Eres un egoísta porque nunca quieres sacar la basura".

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Qué hacer: "Intenta expresar tu queja sin culpas. Hazle saber a tu pareja que algo te hace infeliz, pero no lo hagas su culpa, y evita los adverbios de 'siempre' y 'nunca'", señala la psicóloga Amie Gordon en Psychology Today.

Mantienes una actitud defensiva

Esto puede ser algo complicado para muchos. Cuando alguien sugiere que hiciste algo mal, es normal ponerse a la defensiva y defenderse. La actitud defensiva también hace que culpes a la otra persona: si te dice que sueles dejar la cama sin hacer tú contestarás que ella nunca tiende las sábanas.

Qué hacer: asume tu responsabilidad. Si tu pareja te hace saber que algo que haces le molesta, considera que podría tener razón y busca tu parte del problema. El problema con mantener esta actitud es que no ves la parte del problema que te corresponde y puede ser frustrante para la otra persona, que no se siente escuchada.

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Desprecias y sacas la agenda

Los problemas ya resueltos deben quedar en el pasado, y de nada sirve traer a la actualidad algo que ocurrió hace mucho tiempo o que ya está olvidado, porque esto únicamente causará resentimiento. Por otro lado, el desprecio también es una señal de que a la pareja le quedan días contados: no insultes, te burles o uses el sarcasmo para tratar temas espinosos de manera mezquina.

Qué hacer: no te enfoques en las cosas negativas que odias de tu pareja, empieza a apreciar lo positivo que posee y lo que aporta a la relación. Si sientes realmente fastidio o molestia, por un momento imagina cómo sería tu vida si nunca la hubieras conocido. Y cuando discutas no saques a colación conversaciones que ya estaban habladas.

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Eres un muro

Imagina cómo te sentirías hablándole o contándole algo significativo a un muro de piedra. Hay estudios que señalan que principalmente los hombres asumen esta actitud, contestando con monosílabos u optando por el mutismo.

Qué hacer: no te desconectes como respuesta al agobio, intenta decirle a tu pareja que necesitas tomarte un tiempo para calmarte y planeas volver a la conversación cuando recuperes la calma.

Al liberarte de estas cuatro posturas negativas estás encaminándote hacia una relación más sana y positiva. Quienes aprenden a afrontar sus problemas con sonrisas y bromas, tienen más posibilidades de ser más felices en el futuro. (I)